¿Te imaginas perder el sentido del gusto por completo? ¿Comer sin distinguir si unplatillo es dulce o salado, picante o amargo? Bueno pues el chef Grant Achatz, líder del tercer mejor restaurante de Estados Unidos, no tiene que imaginarlo, lo experimenta a diario. ¡Y aquí te contamos un poco más sobre él y su vida!
Achatz es conocido por sus platillos artísticos, dinámicos y de exquisito sabor, es oriundo de St. Clair, Michigan, Estados Unidos, y desde muy pequeño estuvo en contacto con el calor de las estufas y sartenes gracias al negocio familiar.
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A los 21 años de edad se graduó del Culinary Institute of America. Al finalizar sus estudios trabajó durante cinco años en Frech Laundry del chef Thomas Keller.
En 2005 abrió su propio restaurante, Alinea, considerado “El Mejor Restaurante de USA” por los “Los 50 mejores restaurantes del mundo”. Además la Guía Roja lo ha galardonado con tres estrellas Michelin.
A tan solo dos años de haber cumplido uno de sus más grandes sueños, Grant fue diagnosticado con cáncer de lengua. Y lo que antes era un deleite para el chef poco a poco se volvió una tortura: comer representaba un profundo dolor.
Los médicos le dijeron que debían extirparle la lengua o su expectativa de vida se reduciría a seis meses. Luego de consultar a varios expertos, la solución vino de la Universidad de Chicago (UIC) la cuál le ofreció un tratamiento alternativo.
El arduo tratamiento dio resultados y Grant logró superar el cáncer con su lengua completamente intacta, lamentablemente las constantes quimioterapias provocaron que el chef perdiera por completo el sentido del gusto y que la función central de su trabajo, le resultara una tarea imposible.
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Fue en ese tiempo que el chef descubrió que la memoria influía en la gastronomía y que es en los recuerdos dónde se esconden los sabores. Grant Achatz ha mencionado en diversas entrevistas la estrecha relación que existe entre el olfato y la memoria así que aprovechando esa información inventó una escala de sabores para poder comunicarse con su equipo de trabajo, rápidamente puso manos a la obra y empezó a plasmar en papel la idea de sus platillos. Con un espíritu inquebrantable, el chef nunca dejó de trabajar en Alinea.
Afortunadamente, un año después, empezó a distinguir lo dulce de lo salado. En ese lapso aprendió lentamente a educar a su paladar, a recordar sabores, vivencias que marcaron su infancia para posteriormente materializarlo en texturas, formas y olores.
Desde entonces el chef utiliza todo su entorno como fuente de inspiración, nada lo limita, cualquier ruido, paisaje o ingrediente puede provocar en él un inmenso deseo de plasmarlo en la mesa y ofrecer una experiencia gastronómica sin igual.
No hay duda que la innovación y creatividad del chef Grant Achatz han hecho que Alinea, sea uno de los restaurantes más emblemáticos del mundo. Un sitio a la vanguardia, único, divertido y lleno de experiencias multisensoriales en el que para obtener un lugar debes reservar hasta con seis meses de anticipación.