Quizá hayas escuchado hablar muy poco de él. Sabemos que el nombre de este fruto es raro pero, aunque no lo creas, al menos una vez lo has tenido enfrente. El escaramujo no es más que el bulbo de la flor conocida como “rosa canina” que, como lo dice su nombre, es una especie de rosa salvaje.
Su aspecto es muy reconocible. Se trata de un bulbo, generalmente rojo u anaranjado, de entre dos y cinco centímetros. Crece en la punta de los tallos con espinas de las rosas silvestres y se le han encontrado propiedades saludables y culinarias muy valiosas.
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Antes de que conozcas sus beneficios, es importante que sepas que 100 gramos de este ingrediente aportan cerca de 109 calorías, así como 22.9 gramos de carbohidratos, 1.9 de proteínas, 0.7 de grasas, 4 de fibra, 8 miligramos de fósforo y 23 de potasio.
Fuente de vitamina C
Cuando se le consume crudo, este fruto es una fuente muy importante de vitamina C. En épocas antiguas se le utilizaba para combatir el escorbuto que sufrían navegantes y expedicionarios en altamar, por deficiencias de vitamina C.
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Si lo comes o lo bebes en té, beneficiará tus defensas y prevendrá a tu sistema inmune frente a ataques externos. Por la misma razón, podrás prevenir resfriados y gripes. Va muy bien con otros sabores florales y de frutos rojos.
Combate malestares estomacales
Debes saber que el escaramujo tiene la capacidad de estreñirte levemente. Por lo tanto, puedes contar con él en caso de que padezcas diarrea. Esto se debe a su alto contenido en taninos.
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Es antiinflamatorio
Si lo consumes, ya sea bebido o masticado, puede ayudarte a disminuir la inflamación de párpados y el entorno de ojos. Al mismo tiempo, cuando se le usa para curar heridas abiertas, tiene propiedades cicatrizantes. Aplica lo mismo para cortaduras, que para llagas, quemaduras y ulceraciones de la piel.
Contra el mareo y la migraña
Sea cual se la forma en que lo consumas, el escaramujo podría evitarte la sensación de mareo, así como de migraña. Una de las maneras en que mejor se le aprovecha en la cocina es en mermelada, así que no deberías descartar la posibilidad de utilizarlo de esta forma. Bastará con que le quites las semillas internas al bulbo y lo pongas a hervir con azúcar y agua, para conseguirla.
Ahora ya lo sabes: el escaramujo te podrá sonar ajeno, pero es bueno para tu sistema inmune, digestivo y hasta para disfrutar de vez en cuando un gusto culposo dulce. ¡Deberías darle más oportunidad de instalarse en tu dieta de cada semana!
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