La mítica flor de cempasúchil no solo va en la ofrenda del Día de Muertos. La peculiaridad de su sabor y aroma nos han demostrado que es un gran ingrediente de la gastronomía otoñal. Por eso, acá te dejamos una sencilla receta de atole de cempasúchil que amarás.
Por Yulissa Arcos
La flor de cempasúchil (cempoalli, en náhuatl) es popular en la celebración de Día de Muertos. Los feligreses la utilizan en sus altares, pues se cree que tiene relación con la vida y la muerte. Además, dicen que su peculiar aroma guía a las ánimas hasta la ofrenda que sus familias les dedican.
El ingrediente estrella de la temporada
Actualmente, la también conocida como “flor de muerto” es utilizada en la gastronomía de temporada. Platillos, bebidas y postres se pintan de naranja durante octubre y noviembre. El frío, la nostalgia y el sabor mexicano nos conduce a un único deseo: atole de cempasúchil.
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Receta insuperable
Pon atención, que aquí te va la receta. Primero deberás desinfectar los pétalos de cuatro flores; déjalas remojar unos minutos en desinfectante a base de yodo. Pasado el tiempo, muele junto a taza y media de agua.
Ahora pon al fuego litro y medio de leche, agrega un cono de piloncillo, una raja de canela y la mezcla de cempasúchil previamente colada. Cuando el endulzante se disuelva por completo, y sin retirar del fuego, pon dos tazas de la preparación en la licuadora junto a 250 gramos de masa de maíz.
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Después, incorpora la mezcla con el resto del atole. Hazlo poco a poco y moviendo tu bebida pues corre el riesgo de cortarse. Revuelve con una pala de madera durante ocho minutos para evitar los grumos. Tu atole estará listo cuando tenga el espesor que deseas.
Deja enfriar durante unos cuantos minutos y tu atole de cempasúchil estará listo. Te recomendamos servir en jarro de barro y maridar con pan de muerto recién hecho o con churros caseros.