El brandy tiene una historia que se remonta a la Edad Media, cuando los comerciantes europeos destilaban vino para conservarlo durante largos viajes. Su nombre proviene del término holandés “brandewijn”, que significa “vino quemado“, en referencia al proceso de destilación. Aunque nació en regiones como Francia y España, su elaboración se ha expandido a muchos países. A continuación, te contamos sobre una de las etiquetas favoritas dentro de España.
Por: Deby Beard
El arte de un brandy profundo y equilibrado
En España, el brandy se popularizó en el siglo XVI en Jerez; donde los métodos de envejecimiento en barricas de roble y el sistema de Solera perfeccionaron su calidad, dando lugar a brandies icónicos como Carlos I. Disfrutar de un sorbo de esta etiqueta es una experiencia que invita a viajar a través de la esencia de la tradición española. Este brandy de Jerez combina siglos de historia y destreza en su elaboración.
Con una crianza que supera las dos décadas en barricas que previamente contenían jerez Oloroso y Amontillado, ofrece una complejidad de sabores entre los que se incluyen: frutas secas, especias, y un toque de vainilla; cada uno juega un papel fundamental que acaricia el paladar. La primera impresión es su elegancia; un color ámbar profundo con destellos cobrizos que reflejan su madurez.
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En nariz, despliega un abanico de aromas que van desde nueces y higos, hasta notas más sutiles de tabaco y madera. Asimismo, en el paladar la suavidad del brandy Carlos I sorprende desde el primer instante, y se acompañad de una compleja armonía de sabores que se desarrollan lentamente en boca; dejando un final largo y persistente.
Una etiqueta española que domina este destilado
La historia de Carlos I se remonta al siglo XIX, cuando su creador buscó capturar la esencia del mejor brandy andaluz. Desde entonces, la bodega ha perfeccionado su método, utilizando el sistema de Solera y criaderas, que permiten un envejecimiento equilibrado y homogéneo; garantizando la calidad en cada botella.
Maridar este brandy puede ser un arte en sí mismo. Sus notas de frutas secas y especias lo hacen perfecto para acompañar postres, como un brownie con helado de vainilla o un crumble de manzana. También se realza sus notas con quesos curados, como un buen manchego. Incluso con platillos principales con un alto nivel de grasa como un foie gras.
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Para los más atrevidos, una copa de Carlos I Imperial XO junto a un puro robusto puede cerrar una noche memorable con un toque de distinción. Probar esta etiqueta no es solo degustar un brandy excepcional, sino sumergirse en la rica herencia de Jerez. De esta manera, se une la tradición y la pasión en cada sorbo. Este brandy no solo se destaca por su sabor, sino por la historia que encierra cada botella.
Las bodegas Osborne son un emblema de la tradición vinícola española. Durante generaciones, han combinado innovación y respeto por las técnicas ancestrales; logrando una sinfonía perfecta entre pasado y presente. Así, Carlos I Imperial XO se convierte en un legado embotellado para disfrutar de un instante de lujo.