¿Sabías que México tiene registradas más de 100 flores para uso comestible? Entre las mas famosas se encuentra el cempasúchil, los gualumbos, la rosa, entre otras. No obstante, existe una flor que es muy poco valorada pese a su gran sabor y versatilidad. Te contamos más sobre la flor de izote, o de yucca.
Por Scarlette Trejo
La flor de izote es nativa de México y El Salvador –en algunas regiones es también conocida como cuaresmeña, flor de palma, chocho, guayas o flor de pito–, se le encuentra de color blanco verdoso y llega a medir hasta diez metros de altura. La floración del izote se produce de abril a mayo y su fructificación se ha observado de mayo a junio. Su uso se remonta a la época prehispánica y su nombre proviene de la palabra náhuatl ‘Izotl’.
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Flor con gran potencial culinario
En México se cocina en diferentes estados. En Veracruz, por ejemplo, se prepara un platillo llamado tezmole, que es un caldo con bolitas de maíz, carne y flores de izote. En otras entidades, como Hidalgo, principalmente en el Valle del Mezquital, se cocina a la mexicana o con chile serrano y cebolla. Esta flor es tan versátil, que puede hacerse en tortitas capeadas, revuelta con huevo, en tamales y sopas. Incluso, existe un postre del estado de Guerrero en donde es el ingrediente estrella: se trata del guayaizote (postre de guayabas en almíbar y flores de izote desflemadas).
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Quienes cocinan esta flor recomiendan consumirla fresca, ya que después de cierto tiempo toma un sabor ligeramente amargo. En la región norte del país la flor de izote es más consumida en temporada de cuaresma; mientras que en la costa y el sur es también utilizada para acompañar pescados y mariscos.
Otros usos
Además de sus múltiples usos dentro de la cocina, la flor de izote se utiliza como remedio casero para el dolor de cabeza, oído y cólicos menstruales. Así mismo, de las hojas de la palma se extraen fibras naturales y con ellas se elaboran estropajos de baño, morrales y costales, entre otras artesanías.