El mole blanco, originario de Puebla, es uno de los platillos más representativos de la gastronomía mexicana; también conocido como “mole de novia” -en Puebla es muy común ver este tipo de mole en las bodas, de ahí el nombre- se prepara solo en ocasiones especiales.
Su compleja elaboración es muy similar a la de otros moles, solo que este se hace con semillas y frutas, por eso el característico color blanco.
Entre los ingredientes principales del “mole blanco” no pueden faltar los piñones blancos, las almendras sin piel, las pasitas güeras y el cacahuate. Cómo todos los moles del país, cada familia tiene su versión de receta, sin embargo, existen ingredientes que no se pueden sustituir y son los que hacen único a este tipo de mole.
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Este tipo de mole se sirve con pavo, se acompaña con arroz y un poco de ajonjolí. Entre las recetas tradicionales encontramos el usos de chiles güeros, plátano, almendra, piñón blanco, cacahuates, ajonjolí, semillas de cilantro, anís, pasas rubias y pulque.
El mole blanco es un platillos que se prepara solo en ocasiones especiales debido a su alto costo. Muchos de los ingredientes que incluye tienen un precio elevado, por ejemplo, el piñón blanco que solo se cosecha entre agosto y noviembre, llega a costar hasta mil 600 pesos el kilo.