Mi Compa Chava es el lugar de mariscos de moda en la CDMX. En sus mesas hay sólo productos frescos del Pacífico mexicano, servidos en platos que saben a Sinaloa y a Oriente. El Gallo, como conocen comúnmente al chef Salvador Orozco, está dando tanto de qué hablar, que el aforo del restaurante se llena diario de clientes ávidos de sus famosos aguachiles, tostadas y torres de mariscos.
Por Ollin Velasco
Desde las mesas situadas en la acera suena música de Chalino Sánchez. Adentro, la gente come y brinda sin tregua. Al fondo está la cocina caliente y, en el corazón simbólico del local -que antes fuera una fábrica de puros-, la barra fría detrás de la que El Gallo y unos cinco pares de manos más abren ostiones, rebanan callos de hacha y pasan casi todo por ácido y picante.
El chef, que antes estuviera liderando las cocinas de Daniel Ovadía, sabe que a un buen producto no hay mucho más que hacerle que quizá agregarle un ligero aliño y unos granos de sal. Por eso sus opciones, a pesar de tener detrás la experiencia de un cocinero experimentado, sienten cercanas e invitan a compartir. Ahí radica la magia.
Al centro
Quizá el mejor plan al ir a Mi compa Chava es pedir varios platos al centro. Las opciones del menú, que tiene una clara influencia oriental, son numerosas y dignas de probarse todas, así que es mejor ir abarcando toda la carta de poco a poco.
En cuanto te asignen una mesa, te llevarán de cortesía una quesadilla frita para remojar en un caldo picosito. Luego puedes empezar por unos ostiones y almejas de Baja California. Algo que nos gusta de su barra fría es que puedes ver cómo abren las conchas al momento.
No te prives del placer de las tostadas que se sirven en el lugar. Empieza por la de ceviche de sierra estilo Colima con aguacate y salsa marisquera; sigue con la de El Moky, con atún aleta amarilla, pepino, cebolla morada, pepino y ajonjolí, o la hecha de almeja.
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Para empezar a compartir hay botanas como la Placozona, con atún aleta amarilla, camarón, ostión, callo de hacha, pulpo, paté de marlin, tomate, cebolla, chiltepín y totopos; o la del Marisquero, con caracol chino rasurado, soya ahumada, serrano y atún.
Si buscas algo más ligero, hay un sachimi (así se le dice popularmente al sashimi en Sinaloa y varios estados del norte de México) Taka Taka de atún aleta amarilla, salsa coreana, aguacate, chiles encurtidos, jícama, cebolla encurtida y ajonjolí. Prueba también el ceviche tripón, el coco relleno de camarones crudos y cocidos, así como pulpo y callo de lobina y chile thai. Pregunta por el aguachile verde, el taco de botete, el caldito revividor (para la resaca), todos sus zarandeados y, obvio, sus micheladas.
En el restaurante es obligación enchilarse, así sea sólo poco. Si eres de los que come muy picante, te gustará saber que en cada mesa hay un mortero de madera donde podrás triturar chiles chiltepines. Aguas con eso si no te gusta enchilarte.
La estrella de la casa, tanto por su abundancia y sabor, como por su porte en Instagram, es la Señora Torres: más de medio kilo de callos de hacha, camarones crudos y cocidos, pulpo, atún, cebolla y aguacate, que llega a tu mesa en un un contenedor que le da forma y sobre el que se vacía salsa de chile morita. Si la ordenas, asegúrate de tener muchas tostadas a la mano.
Salud, compa
Ir al nuevo restaurante del Gallo Orozco y no beber cervezas frías es un error. Todo, absolutamente todo lo que viene en el menú de comida queda bien con una chela bien muerta.
No obstante, su coctelería también viene de buena confección. Todos los tragos fueron creados por el bartender Daniel Reyes, quien estuviera antes a la cabeza de la barra de Baltra y ganara en 2017 el premio al Most Imaginative Bartender en México. Cualquiera de ellos es fresco, no precisamente rebuscado. Van muy bien con las opciones de comida fría.
Pide ver también la carta de vinos. Tienen varios mexicanos que, incluso si no conoces, pueden explicarte para que los elijas y no falles en el intento.
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Si eres de los que se antojan de algo dulce después de comer mariscos, debes saber que el postre insignia de la casa es el flan de queso con cajeta. Sí: puedes pedir café.
Ya sea por la Señora Torres, porque desees aliviar una cruda o porque te guste escuchar canciones de banda sinaloense mientras disfrutas de un taco, Mi Compa Chava es una opción que no decepciona. El Gallo sabe ponerle alma a ese bodegón donde siempre resuenan acordeones y en el que la gente siempre brinda con gusto.
Si quieres ir, por favor, reserva. Así asegurarás tu lugar y evitarás esperar por una mesa.
Lo que más nos gustó
La Señora Torres y la tostada de ceviche de sierra.
Dato curioso
El botete que hacen en taco es una especie de pez globo y su preparación debe ser muy cuidada.
Tip
Un día que vayas solo o con una persona más, siéntate alrededor de la barra fría y disfruta del show.
Dónde: Zacatecas 172, Roma Norte, CDMX.
Cheque promedio: $700 por persona.
IG: @micompachava