El pan de muerto es un imperdible en México, de la temporada en la que se recuerda a los fieles difuntos. El tradicional, entre los ingredientes con los que se prepara, incluye ralladura de naranja, agua de azahar y mantequilla, sin embargo, existen diversas versiones.
Harina y Sal, una ghost kitchen de panadería, ofrece una Delivery Box, con cinco panes de muerto, todos con la forma tradicional: al centro con una “bolita” que representa al cráneo del difunto y una cruz en forma de huesos, que también hace alusión a los puntos cardinales. Los rellenos, sabores e ingredientes con los que se espolvorean es lo que varía.
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El tradicional, súper esponjoso y elaborado con mantequilla, es de color rosa. El azúcar se pinta para evocar la época de la Conquista, cuando los sacrificios humanos eran comunes y se ofrecía pan de amaranto con sangre de doncellas al Dios del fuego.
El box también incluye a los rellenos de calabaza en tacha y camote morado, nuestros favoritos. El primero de estos se hornea con diversas especias y se cubre con cenizas de totomoxtle, o sea, las hojas secas del maíz. Mientras que el de camote se elabora en honor a la cosecha mexicana, con raíces traídas de Puebla.
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El cuarto pan de muerto es de chocolate, por aquello de la tradición de acompañar este antojo con una taza de chocolate caliente. En su sabor predomina la canela. Su consistencia es esponjosa y húmeda.
Dejamos al final el más instagrameable, el relleno de malvaviscos flameados y una lámina de chocolate que rompe con la textura esponjosa.
Estos panes se pueden comprar de forma individual, a un costo de entre 13 y 35 pesos por pieza, o en paquete de cinco por 125 pesos.
Al tratarse de una cocina fantasma, las ventas son únicamente a domicilio por medio de redes sociales. Se recomienda realizar el pedido con al menos un día de anticipación.
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