Mientras que la miel de abeja es un producto conocido y consumido en todo el mundo, la miel de avispa se mantiene como un tesoro escondido para muchos. Este dulce néctar, producido por diversas especies de avispas, posee características únicas que lo convierten en un alimento valioso y con un gran potencial culinario. Aunque no todas las producciones son comestibles, muchas sí y vale la pena conocerlas. En esta nota te contamos sobre el potencial y la ardua tarea que representan las mieles de avispa.
Por: Desiree Perea
¿Qué tan comunes son las mieles de avispa?
Nuestro país es reconocido por ser un gran territorio productor de miel de abeja. Sin embargo, el mercado no es muy grande, pues al utilizarse como endulzante suele cambiar ligeramente el sabor de platillos o bebidas. Esto no quiere decir que el esfuerzo y trabajo de los apicultores no deba ser reconocido, pues el dominio de esta disciplina requiere de pasión y habilidades especificas.
Más allá de esta especie, existen otros insectos que también producen este endulzante natural. De esta manera, se han presentado en diferentes partes del mundo las mieles de avispa. Este insecto también poliniza las flores, e incluso, tiene una tarea mayor, pues muchas veces el humano recurre a las avispas para controlar o reducir las plagas en distintos cultivos.
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Específicamente hablando de nuestro país, podemos encontrar a la avispa mielífera mexicana. La especie es conocida científicamente como brachygastra mellifica. Y si bien se conoce sobre el procedimiento para la producción de mieles de avispa, no es un producto que se encuentra fácilmente. Pues muchas veces depende de la demanda dentro del mercado.
Otros países de América Latina también conocen sobre las mieles de avispa. Y de hecho, se recurre a ella para endulzar bebidas y postres. Pero siempre es necesario revisar y asegurarse del origen floral de la miel, pues es el factor más importante para asegurar un consumo seguro para el ser humano. A continuación, te contamos más sobre ello.
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¿De qué depende que puedan o no consumirse?
El sabor y la textura de la miel de avispa pueden variar dependiendo de la especie de avispa que la produce, así como del tipo de flores de las que obtiene el néctar. Este segundo factor define si las mieles de avispa son aptas para el consumo humano pues, más allá de ser un producto dulce, que sea un endulzante natural genera que los componentes de las flores se transmitan directamente al producto final.
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Al igual que ocurre con la miel de abeja, la miel de avispa debe conservarse en un lugar fresco y oscuro, lejos de la luz solar directa y de fuentes de calor para evitar alterar su consistencia y color. Por lo tanto, se recomienda almacenarla en un frasco de vidrio hermético para preservar sus propiedades. Las mieles de avispa sin duda son parte del tesoro natural a nuestro alcance. Con un sabor único y propiedades beneficiosas para la salud, su producción artesanal la convierten en un producto valioso.
