La cocina italiana es conocida por su rica diversidad de sabores, y dos de sus más representativos embutidos son la pancetta y el prosciutto. Ambos son productos que provienen del cerdo y tienen una larga historia en la tradición culinaria. Sin embargo, presentan diferencias clave en su preparación, sabor, uso en la cocina y más.
En esta nota, te contamos sobre las diferencias fundamentales entre estos dos ingredientes, para que puedas usarlos con confianza en tus recetas. Tanto la pancetta como el prosciutto presumen grandes bondades con las que puedes jugar en la cocina; por lo que reconocerlos como tal, vale completamente la pena para aprovecharlos al máximo.
Por: Desiree Perea
¿Cómo identificar la pancetta?
En primer lugar, entraremos en detalle con la pancetta. Es un tipo de tocino italiano que proviene de la parte abdominal del cerdo. Es conocida por su proceso de curado y sabor distintivo. A diferencia de otros tipos de tocino, la pancetta tradicional no se ahuma. Se aprecia por contar con una buena parte de grasa pero también considera carne magra, esta es la característica clave que la diferencia del tocino.
Por otro lado, en cuanto a su preparación, el corte se cura con sal y una mezcla de especias como pimienta negra, ajo, nuez moscada, y romero. Tras el curado, la pancetta puede ser enrollada o dejada en su forma plana. Actualmente, es posible encontrar este tipo de embutido puede ahumado, por lo que puede consumirse fresco. Para recetas asadas, lo mejor es pedrizo en corte grueso para poder servir una buena porción y al mismo tiempo aprovechar la grasa.
Te podría interesar: Matambre, el corte de carne que dominan a la perfección en Argentina
¿Por qué el prosciutto no es lo mismo?
Ahora, en cuanto al prosciutto este un jamón curado que también se produce en Italia. A diferencia de la pancetta, este se elabora a partir de la pierna trasera del cerdo y se cura con sal durante un largo periodo. Se cura durante un periodo que puede extender hasta por uno o varios años; este factor depende por completo del estilo y la región donde se prepara.
Durante el proceso de curado, la carne se seca lentamente, lo que le da su textura delicada y su sabor distintivo. En paladar, mantiene un sabor delicado, ligeramente dulce y salado. Su textura es suave y se deshace en la boca, lo que lo convierte en un manjar que se disfruta solo o acompañado. De esta manera, el prosciutto se utiliza crudo, y se corta en tiras extremadamente finas.
Te podría interesar: Tipos de asadores para hacer tu carne asada perfecta
Dos joyas dentro de los embutidos internacionales
Sin duda la elección entre pancetta y prosciutto depende del tipo de plato que quieras preparar. Si buscas algo que agregue un sabor profundo y salado a una salsa o guiso, la pancetta es tu mejor opción. En cambio, si quieres algo más delicado y sutil, que pueda servirse crudo o en rodajas finas, el prosciutto es ideal.
Aunque ambos productos mantienen diferencias puntuales, también existe un factor que comparten; el punto de sal. Sin importar cual sea tu elección, considera que los dos concentran un buen nivel de sal, por lo que lo más seguro es que no tengas que agregar algo más. Asimismo, asegúrate de comprar estos productos en tiendas especializadas o de charcutería para obtener la mejor calidad.
Te podría interesar desde Cocina Vital: 2 trucos caseros para dejar los sartenes engrasados limpios y nuevos
De esta manera, tanto la pancetta como el prosciutto son ingredientes italianos que han encontrado un lugar en la cocina internacional. Cada uno con sus propios sabores y usos únicos, ambas opciones son buenas elecciones siempre que se utilizan inteligentemente. La pancetta mantiene un perfil salado y especiado, es perfecta para cocinar; mientras que el prosciutto es ideal para disfrutar crudo y acompañar una variedad de platos.