Anthony Bourdain es toda una leyenda dentro del mundo de la gastronomía y que su legado se mantiene en la industria actual. Su huella fue enorme y dentro de ella nuestro país tuvo presencia muy importante. A través de las visitas a distintos puntos de la República, la escena internacional fue testigo de una faceta única de este chef. En esta nota, te presentamos algunos de los momentos clave que unen a México con el icónico Anthony Bourdain.
Anthony Bourdain encontró en la CDMX el mejor lugar para desayunar
Anthony Bourdain se declaró como un verdadero apasionado de la cultura mexicana, que no solo investigaba a través de medios, sino que su tarea no terminaba hasta la visita de cada lugar. La CDMX es uno de los lugares en el mundo que puede presumir la visita de esta gran figura.
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En nuestra ciudad, el premio mayor se lo llevó un espacio con gran tradición culinaria, ubicado en la colonia Del Valle. Se trata de la Fonda Margarita, fue definida por el mismo Bourdain como: ‘el mejor lugar para desayunar del mundo’. Dentro de su recorrido por la capital, no dejó fuera el emblemático y polémico barrio de Tepito, en el que la parada obligada para consentir al estómago fue el histórico lugar de migas conocido como La Güera.
También visitó una de las zonas reconocidas por su amplio catálogo de restaurantes: la colonia Roma. No olvidó adentrarse en la Central de Abastos, el lugar al que llegan los elementos fundamentales para el funcionamiento de las cocinas. Y tampoco podía dejar fuera la oferta por excelencia dentro de la CDMX, los tacos. Aquí se dejó ver como un comensal más, sin necesidad de un asiento. Probó desde el clásico suadero hasta una orden de tacos de tripa bien frita.
Guiado por las costumbres y tesoros gastronómicos nacionales
Por otro lado, la última visita de Anthony Bourdain a nuestro país se ubicó al norte de la República. Específicamente hablamos de Ojinaga, en Chihuahua. Pero no buscó solamente conocer sobre los puntos turísticos que se visitan cada año. De la mano de locales expertos recorrió también la parte artística que alberga esta ciudad. El acercamiento que buscaba en cada visita era realmente impresionante.
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Siempre mantuvo respeto y la fascinación por cada elemento que se presentaba ante sus ojos. Además de la comida, reconoció la importante tarea de las bebidas tradicionales de México. Estas mantienen un proceso de elaboración artesanal, que se comparte de generación en generación.
También lo fascinaron los insectos. Sin duda, se trata de otro universo que no muchos se atreven a conocer, pero que forma parte de la base alimenticia en nuestro territorio. Anthony Bourdain se aseguró de que sus visitas a México se convirtieran en una experiencia auténtica.
El objetivo altruista que hizo visible
Finalmente, también es importante reconocer sobre su faceta altruista que llevaba a la par con su pasión por la cocina. Al haberse adentrado en la industria de los restaurantes, trabajo junto al equipo completo que permite el funcionamiento óptimo de estos lugares. Aquí fue donde Anthony Bourdain identificó el gran peso que tienen los migrantes latinoamericanos en los restaurantes de Estados Unidos.
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En sus programas reconoce el arduo trabajo de los migrantes, quienes normalmente se ven orillados a dejar su país de origen en busca de nuevas oportunidades. Aquellos apasionados por la cocina, a quienes muchas veces no se les reconoce como se debería, comienzan en la parte de limpieza del lugar. Esto, con un ingreso económico bajo que muchas veces no les permite resguardarse y llegar a descansar en un lugar adecuado.
Además de que el trámite y proceso para regular su situación parece nunca tener fin, esto solo es un poco de la gran unión entre Anthony Bourdain y México que no dejará de recordarse. Fue llamado por los colores, sabores y aromas de la cocina tradicional. Solo así logró que el importante legado culinario nacional tuviera una exposición sin fronteras.
