México es un país de sabores vibrantes, colores intensos y una cultura gastronómica que se vive en cada esquina. Aquí es imposible quedarse con hambre, pues la comida callejera siempre está al rescate. La oferta de opciones dentro de esta categoría es realmente amplia y no podemos quejarnos. Para el momento del antojo dulce, más allá de los dulces, tenemos que destacar a las joyas naturales: la fruta fresca. Dentro de esta propuesta, las jicaletas son un viejo conocido al que es imposible negarse. La magia detrás de esta botana dulce radica en su simpleza y versatilidad.
Por: Desiree Perea
¿Por qué disfrutamos tanto las jicaletas durante los días calurosos?
Las paletas congeladas o los helados no son las únicas opciones de antojos refrescantes que pueden disfrutarse en el verano. México presume una gran variedad de fruta de temporada que no podemos menospreciar. Las jicaletas justamente permiten disfrutar de una botana natural donde la jícama es el ingrediente protagonista.
Los carritos de fruta fresca que pasean por las calles nuestro país muchas veces se convierten en auténticos salvavidas. Tener que pasar el día fuera de casa, cuando el calor está en su punto máximo no es nada fácil; y es aquí donde un vaso de mango, sandía, papaya, coco, pepino o zanahoria hacen la diferencia.

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La experiencia de las jicaletas comienza desde su preparación. Una buena rebanada de jícama fresca se baña con chamoy, para posteriormente cubrirse con miguelito (chile en polvo con notas dulces). Este polvo dulce se encuentra con diferentes sabores: uva, mora azul, naranja, limón, piña, etc. ¿Lo mejor? Sorpresivamente el sabor de la jícama natural no se pierde.
Para disfrutar de las jicaletas no se requiere de un plato o de cubiertos. Una vez que está perfectamente cubierta, únicamente se envuelve en una bolsa de plástico. Los colores son vibrantes y cambian de acuerdo a los toppings elegidos. Las propuestas actuales agregan dulces picantes como gomitas o caramelos y así, servir una botana donde el límite no existe.
Sorprende con esta botana refrescante en casa
Aunque las jicaletas se encuentran fácilmente en puestos callejeros, esto no quiere decir que no puedan disfrutarse desde la comodidad del hogar. De hecho, es una de las primeras opciones cuando se busca una botana fácil, saludable y refrescante. Lo ideal es elegir jícamas de agua, pues son mucho más jugosas que las de leche.
El proceso comienza al pelar la pieza completa para después poder hacer cortes transversales. Deben cortarse rebanadas de un grosor medio; entre 2 y 3 centímetros. Es importante considerar esta medida, pues así es más fácil introducir los palitos de madera para sostener la paleta.

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Así está lista la base de una jicaleta tradicional, pero no podemos olvidarnos de los toppings que le dan vida. A la vista, este snack debe ser llamativo; gracias al chamoy y al miguelito las jicaletas nos hacen salivar desde que se están preparando. La rebanada de jícama debe pintarse por completo con el chamoy, esta salsa espesa ayudará a que el chile en polvo se pegue. Si buscas una versión menos picante, puedes sustituirlo con jugo de limón o de naranja.
Posteriormente, se espolvorea el chile en polvo o el miguelito sobre toda la superficie. Para disfrutar de las jicaletas tienes que olvidarte por completo de las reglas de etiqueta, no hay forma de no mancharse y eso no tiene nada de malo. La simpleza y versatilidad detrás de esta botana es parte de su magia. Si esta temporada de calor, buscar una nueva forma de disfrutar fruta fresca, esta es una alternativa perfecta.