Por: Liliana Ortiz @lilimarleen91
“El molino El Pujol nació para rescatar nuestra identidad como mexicanos”, dice uno de los chefs a cargo de este nuevo establecimiento inaugurado por Enrique Olvera hace apenas unas semanas. “La idea es que la gente lo visite como lo hace con las tortillerías”.
Aunque en un inicio este molino serviría únicamente para satisfacer la demanda del restaurante Pujol, hoy se encuentra abierto al público y además de insumos ofrece desayunos y comidas.
Enrique Olvera inaugura molino, templo del maíz
La carta es pequeña y se encuentra a la vista de los clientes, en un pizarrón ubicado detrás de la caja registradora.
El producto principal son tortillas, que se venden por docena, y masa. El maíz con el que se elaboran cambia al menos dos veces por semana, cuando visitamos el molino había maíz rojo y azul.
La materia prima, o sea el maíz criollo, proviene de comunidades alejadas de Oaxaca y es comprado directamente a los productores a “un precio justo”, conforme los chefs a cargo.
Esta es una de las razones por las que, mientras en una tortillería el costo del kilo de tortilla es de aproximadamente 13 pesos, en El Pujol 12 piezas cuestan 21 pesos.
“Una de las ventajas de comprar nuestras tortillas es que puedes estar seguro de que están preparadas con maíz y no con maseca”, dice en entrevista con este medio otro de los chefs al frente de este negocio.
Como ocurriría en cualquier molino “de colonia”, puedes llevar tu propio maíz a triturar o incluso todos los ingredientes para preparar un mole, la condición es que sean más de cinco kilos.
Así utilizaban el molino nuestras abuelas
Molino El Pujol: menú de desayuno y comida
A la hora del desayuno, mientras esperas tu docena de tortillas recién hechas, puedes pedir una bebida caliente, las opciones son: café de olla, atole de maíz blanco y campechano (que es una mezcla de las dos anteriores).
Si quieres llevarte algo más sustancioso al estómago, la opción son los tamales (también de maíz) y rellenos de chile jalapeño rojo, cebolla morada y pasas.
Después del mediodía el menú cambia por el de comida, en este horario se ofrecen elotes cubiertos con mayonesa de café, chile costeño y polvo de hormiga chicatana, además de frijolitos de olla y tacos de aguacate con hoja santa y salsa.
Otros productos que están a la venta, son la cerveza y el agua también elaboradas con maíz.
Incluso la decoración del establecimiento simula un gran maíz, con mosaicos en forma de granos. Y una barra que separa la zona de trabajo de la de los comensales.
Mientras te sientas a degustar cualquiera de los antojitos que mencionamos anteriormente, es posible escuchar, oler y sentir el calor de la máquina de tortillas trabajando y ver cómo se envuelven los tamales antes de ser cocinados, ¡una delicia desde cualquier punto de vista!
¿Dónde?: General Benjamín Hill 146, Condesa