La tradicional ofrenda que se pone a los difuntos los días 1 y 2 de noviembre, se compone de muchos elementos como: el papel picado, las velas o el incienso, sin embargo la comida también juega un papel muy importante, y tiene un gran significado. Mira de qué se trata.
Por Paulina Salgado
El altar es un elemento fundamental en el Día de Muertos y debe tener diversos elementos coloridos y atractivos que inviten a las ánimas a viajar desde el mundo de los muertos hasta la tierra de los vivos para convivir con sus familiares. Por esta razón se agregan sabrosos platillos, es una forma alegre de invitar al difunto a los hogares y también de consentirlo con sus guisos preferidos. También hay elementos que nunca deben faltar en un altar y aquí te decimos cuales son.
Agua
En la cosmovisión prehispánica, los muertos recorrían un largo viaje desde el Mictlán, la tierra de los muertos hasta la tierra de los vivos. Y la idea actual al colocar un vaso con agua es calmar la sed del difunto que nos visita. Asimismo se puede colocar un recipiente lleno de agua, jabón y toallas limpias, por si el espíritu del ser querido quiere limpiarse las manos antes de comer.
Pan
Es una forma de alimentar al difunto y en el cristianismo representa el ‘Cuerpo de Cristo’.
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Sal
Sirve para purificar y ahuyentar los malos espíritus del hogar. Y solo se pueda recibir la presencia de los seres queridos.
Mole
Es el platillo que se cocina en honor de los seres recordados. Este guiso hecho de chiles, chocolate y especias, tiene por objetivo deleitar al ánima que nos visita.
Tragos
Son las bebidas que le gustaban al difunto como el tequila, pulque o mezcal.
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Comida
Se colocan todos los guisos favoritos de los fallecidos y se ponen para que el alma que nos visita pueda disfrutarlos.
Calaveritas de azúcar
Es un recuerdo de que la muerte siempre está presente, de un final inminente y que la huesuda agarra parejo.