Corría el año 2004 y sibaritas de todo el mundo enloquecían con la cocina molecular. En las páginas de la revista Time se nombraba a un catalán como una de las 10 personas más influyentes de ese año. Se trataba de Ferran Adrià, quien desde mediados de los noventas había comenzado a introducir técnicas innovadoras en una cocina que hasta ese entonces había sido solo mediterránea. Junto con su hermano Albert esa guerrilla revolucionaria la ejercía desde ElBulli, un restaurante de la costa Cataluña que estuvo abierto desde los años sesenta hasta mediados de 2011.
Por: Jazmín Martínez
Después de un camino de oropel y reconocimientos donde se contaron varias estrellas Michelin, ElBulli decidió cerrar puertas al público y comenzar un ciclo nuevo para convertirse en ElBulli Foundation, una organización sin ánimo de lucro para contribuir a la investigación y el desarrollo de la industria gastronómica.
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La fundación retoma el espíritu de cambio de Juli Soler, quien fuera el más avezado director de ElBulli y compañero de Ferrán por muchos años. En 2012, Juli se retiró del proyecto por motivos de salud. Hoy, a ocho años del cierre de ElBulli, Ferrán está camino a consolidar “ElBulli 1846”, un espacio de 6 mil metros cuadrados de exposición y talleres creativos, un museo dedicado a mostrar todo lo que sucede antes de que un plato llegue a la mesa del comensal. Herramientas de trabajo, objetos, vajilla… todo cabe en este espacio.
El lugar ya se colocado temporalmente en la Costa Brava, pero su ubicación actual es solo momentánea, y Ferrán planea abrir e 1846 en Barcelona en 2020. Adriá desea crear un espacio no sólo de exhibición sino que también sea capaz de dialogar con los visitantes, quienes se estima pagarán aproximadamente 40 euros por acceder a la historia herramental y física de ElBulli.
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Paralelo al proyecto físico, desde 2014 el equipo de ElBulli Foundation trabaja sesudamente sobre una enciclopedia digital sobre restauración y gastronomía occidental. De este proyecto ya se han liberado algunos volúmenes que se encuentran disponibles desde la página elbullifoundation.com. ElBulli se convierte así en una institución de puertas abiertas que en un museo y en un archivo muestra a la industria y a comensales de a pie todo lo que sabe y aprendió para convertirse en uno de los restaurantes pilares de la cocina contemporánea.
Sobre volver a abrir un restaurante Ferran se muestra no titubeante sino seguro de no querer volver a abrir terruño alguno. Ese, dice, es terreno de su hermano Albert.
