Conoce el origen y forma de preparación de esta bebida que no puede faltar durante y después de un buen desayuno mexicano
Por: Paulina Salgado
En México no hay fiesta o reunión en la que no se ofrezca un poco de café de olla, tradicional bebida hecha de café molido, canela, clavo y piloncillo que enamora a todo aquel que la prueba. Pero, ¿de dónde surge?
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Muchos historiadores coinciden que fue durante el siglo XVIII cuando el café llegó a nuestro país a través del puerto de Veracruz y poco a poco surgieron fincas cafetaleras, principalmente, en los estados de Oaxaca, Chiapas y Veracruz.
Más tarde, durante la Revolución Mexicana nació lo que hoy conocemos como el café de olla gracias a las Adelitas que preparaban el café con especias y piloncillo.
Su nombre se debe a la forma de preparación, pues se hace en ollas de barro y posteriormente se sirve en pequeños jarros del mismo material.
Actualmente la receta se ha ido modificando y en algunos lugares además de prepararlo con piloncillo y canela, le añaden ingredientes como el anís, clavo, chocolate y piel de naranja o limón.
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Para preparar un rico café de olla, para seis personas, desde la comodidad de tu casa tan solo necesitas calentar en una olla de barro un litro de agua; una vez que esté en ebullición coloca una ramita de canela, 200 gramos de piloncillo y un clavo de olor. Espera a que el piloncillo se derrita completamente. Posteriormente agrega café molido, mezcla y retira del fuego. Deja reposar durante unos 10 minutos y por último cuela y sirve caliente.