It is the weak who are cruel
Ésta es una de las frases escritas sobre la valla de latón que separa Tijuana y San Diego en la zona de Playas. La valla se extiende algunos metros hacia el mar: del lado mexicano, un mirador, puestos de comida, infinitas quinceañeras que intentan no volcar en sus vestidos al bajar por la empinada ladera que las lleva al océano; del lado estadounidense, una segunda valla con alambre de púas, una reserva ecológica protegida y una camioneta de la Border Patrol. Las gaviotas, que no conocen de fronteras, vuelan tranquilamente sobre ambos lados.
Texto e imágenes: Michelle López
Es en este cruce, sobre tierra tijuanense, que se encuentra Undocumented Café, un lugar donde puedes disfrutar un café o infusión a la orilla del mar y al mismo tiempo respaldar la iniciativa de Border Angels y el albergue para migrantes que se encuentra justo al lado. Como su nombre lo indica, la prioridad de esta cafetería es asistir a los migrantes indocumentados a través de “artivismo con causa” y empezó como una iniciativa de Border Angels.
Puedes consumir cualquier producto de la cafetería y tener la confianza de que tu donativo se irá directamente al apoyo de los albergados. Hay también varios animalitos de peluche exhibidos; por un donativo a partir de $50, puedes llevarte a casa uno de ellos y el Café le invitará tres bebidas a los albergados. En nuestra visita pudimos constatar que esos cafés invitados sí se entregan a quienes lo necesitan, así que no debes preocuparte por la transparencia de tu consumo.
Al frente de la barra está, con una enorme sonrisa, Lupita Cortés. Originaria de la Ciudad de México, decidió trasladarse a Tijuana, hasta esta parte de la frontera, donde junto con su sobrina Michelle, ambas estudiantes, se hacen cargo del Café. Lupita aporta sus propios recursos al lugar. Pronto, afirma, espera poder equiparla con una máquina de café y herramientas más sofisticadas; ahora me ayuda a equilibrar mi bebida que, por supuesto, estoy mezclando mal. “¡Yo conozco mi vaso!”, declara entre risas.
Lupita viene de la CDMX y con sus recursos saca adelante el lugar
Undocumented Café rápidamente se colocó en el gusto y el afecto de los locales, quienes no dudan en buscar su café matutino o lo disfrutan al caer la tarde. El lugar es pequeño y sencillo, encontrarás café, té, panadería de temporada como pastel de calabaza o pan de muerto si es temporada, bagels, y aguas frescas. La decoración tampoco es pretenciosa: mesitas afuera con vista al mar, cuerdas de luces, cortinas de colores, algunos colgantes alusivos a Halloween. Y sin embargo, en cada detalle, en cada rincón, es palpable el gran amor con el que se ha construido. Entrando a este lugar es imposible no sentirse apapachado.
En este momento, el albergue al que ayuda Undocumented Café recibe a alrededor de 30 personas, algunas migrantes en camino, otras recién deportadas. No todos los que llegan buscan cruzar a Estados Unidos; hay quienes permanecen en Tijuana y tratan de conseguir empleo en restaurantes de la zona. Ahí está uno de los proyectos de Lupita – en un futuro cercano dar empleo en el Café a tres o cuatro de las mujeres albergadas.
Y es que Lupita ya ha visto la discriminación que sufren según su crisis migratoria: “Si les dicen que son migrantes les dan trabajo, son tratados de cierta manera. Pero si dicen que son deportados, los tratan de otra forma.” Lupita y su Undocumented Café quieren ayudar a establecerse a aquéllos que han decidido permanecer en Tijuana, al tiempo que dan el apoyo que pueden a los que intentarán cruzar o han decidido volver a sus lugares de origen.
Recién llegando a Tijuana me aseguraban que por estas zonas no había tanto cruce. Pero claro que lo hay. “Aprovechan cuando hay neblina”, explica Lupita. “O, si quieren que los agarren, se pasan en plena luz del día”, agrega refiriéndose a los que cruzan en busca de un agente fronterizo frente al cual hacer la petición formal de asilo humanitario. Tampoco la segunda alambrada de púas causa mayor impresión. “Echan cobijas encima y así se pasan,” explicaría después otro de nuestros guías.
Border Angels tiene varios programas binacionales, tales como llevar agua al desierto, dar asesoría legal gratuita a quienes fueron deportados, apoyo a jóvenes y además ayudar a otras asociaciones. Próximamente buscan abrir una barbería que apoye a los veteranos deportados. Si quieres conocer más de su labor, no dudes en visitar sus oficinas de Tijuana o San Diego, visitar su página web, o seguirlos en redes sociales.
Undocumented Café
Paseo Costero 606, Playas de Tijuana Sección Monumental, Tijuana, Baja California
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