La vinculación que nuestros antepasados hicieron con la tierra refiere mucho a su conocimiento del tiempo y el espacio que habitaban. Ciertas bebidas prehispánicas siguen presentes en varios lugares de la República Mexicana y todos ellos nos cuentan una historia.
Por Pamela Trejo.
Estas bebidas prehispánicas son milenarias, muchas de ellas son hechas base de maíz y cacao, dos de los ingredientes principales de esa época, pues no existía comida y bebida que no tuviera estos dos ingredientes tan indispensables dentro de la cultura alimentaria que con el paso del tiempo se fue forjando cada vez más en nuestras raíces. En muchas de las ocasiones, la bebidas que se preparaban en este tiempo eran bebidas alcohólicas; éstas tenían una serie de reglas rigurosas para beberse, algunas otras servían para rituales o bien otras tantas eran agua cotidiana para la población.
En este artículo te mencionaremos cinco bebidas prehispánicas que se siguen consumiendo en la actualidad y que cuentan una historia.
Balché
Es una bebida prehispánica y ceremonial de los mayas, la cual consideran que tiene propiedades físicas y espirituales para lograr hacer contacto con las deidades.
Se utiliza también en el día de muertos para ofrecer esta bebida en el Hanal Pixan (equivalente al día de muertos) y se dice que tiene poderes curativos, es por esta misma razón que a la llegada de los españoles y debido a su origen “pagano”, esta bebida fue prohibida.
Para prepararla, se realiza un fermentado con trozos de la corteza del árbol balché, junto con otros ingredientes como: miel melipona, canela y anís; se deja hervir por varias horas y posteriormente se deja fermentar por dos días para lograr su sabor característico.
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Tascalate o Taxcalate
Esta bebida proviene también de la época de los mayas y su nombre quiere decir: “Agua de tortilla”. Se utilizaba como agua de tiempo, debido a las altas temperaturas que había principalmente en Chiapas, nuestros ancestros preparaban esta bebida para hidratación de su pueblo.
Es una bebida que se hace con maíz, cacao, axiote y azúcar, todos estos ingredientes (si se hace de forma artesanal) se muelen en el molcajete hasta que queden en polvo; no es si no hasta el encuentro de fogones y la apertura de las rutas de comercio que se le agrega canela a esta bebida.
Pozol
Esta es otra de las bebidas que forman parte del repertorio de bebidas prehispánicas, el pozol significa: “con espuma” en náhuatl; Chiapas es el mayor exponente de esta bebida, teniendo a las conocedoras y profesionales de este brebaje: las pozoleras, ellas son mujeres sabias que realizan el pozol, desde la mañana se levantan a nixtamalizar el maíz blanco criollo, azúcar y axiote; dependiendo del sabor que se quiera consumir, se agrega cacao (el más tradicional), cacahuate y también chile y sal, una bebida refrescante y espumosa que en las comunidades tiene un lugar muy importante, pues podría decirse que es el sustituto de la leche para los niños.
Tejate
El nombre del Tejate significa: Agua con harina o harinada, es conocida como la bebida de los dioses pues se utilizaba en la época prehispánica para el consumo de los reyes zapotecas; también se ofrecía en época de siembra y cosecha del maíz. Esta bebida esta hecha con maíz, cacao fermentado, pixtle (semilla del mamey) y la flor del cacao, todo se muele y se sirve en la tradicionales jícaras rojas con flores.
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Tanchuca
Por último, pero no menos importante, otra de nuestras bebidas prehispánicas es el Tanchuca, esta bebida sólo la podían consumir los emperadores, sacerdotes y personas de altas jerarquías, esta bebida se hace con maíz, anís y chocolate, la mezcla se macera y se hierve. En Sonora se consume diferente, pues se le agrega harina de trigo, cocoa y para endulzar: panocha (piloncillo).
Todos estas bebidas prehispánicas forman parte de nuestras tradiciones alimentarias del país y también forman parte de nuestra historia e identidad.