Las mujeres han estado ligadas a la cocina desde tiempos inmemoriales, en todas las culturas del mundo. Antes, por obligación expresa. Ahora, mucho más por pasión. Siempre, por un afán innato de cuidar y abrazar a los suyos.
Aunque en la actualidad sea notorio que hay más hombres sobresaliendo en el ámbito de la gastronomía, es también innegable una ola de mujeres que toma cada vez más fuerza en la industria. Lo mismo delante, que tras bambalinas.
A continuación te hablamos de algunos momentos muy importantes para la gastronomía mundial, en los que las protagonistas han sido mujeres.
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Los primeros libros más importantes de la cocina en español
El nombre de Emilia Pardo Bazán está presente cuando se habla de la historia de la culinaria mundial en español. Esta mujer fue novelista, narradora, ensayista, poeta, dramaturga y periodista, pero a pesar de la amplia paleta de sus temas, tuvo siempre una predilección por escribir sobre gastronomía.
Bazán publicó dos libros sobre cocina: La cocina española antigua, en 1913, y La cocina española moderna, en 1914. En ellos, se encargó de sistematizar por primera vez de forma profesional lo mejor de la gastronomía en español que hasta ese momento se conocía. Su principal móvil fue transmitir ese conocimiento a generaciones posteriores.
Algo notorio en sus textos es un manejo muy pulcro, desde entonces, del lenguaje gastronómico de su época.
Una mujer consigue por primera vez tres estrellas Michelin
Fue Eugénie Brazier, una francesa apodada en su tiempo como “la madre Brazier”, quien consiguió tres estrellas de la afamada guía de restaurantes, en 1933, por sus restaurantes en Lyon y Pollionnay.
De acuerdo con los críticos que evaluaron su trabajo, fue acreedora a las tres estrellas debido a que tenía una pasión especial por los ingredientes frescos y los platos simples, en oposición a las recetas complicadas y cargadas de insumos que id
entifican a la cocina francesa.
Aunque falleció en 1977, se considera de Brazier fue una de las mujeres más influyentes en la gastronomía del siglo pasado.
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Una mujer logra tener siete estrellas en la Guía Michelin
Lo hizo Carme Ruscalleda, una cocinera española proveniente de una familia agricultora, que inicialmente estudió el oficio de charcutería artesanal en San Pol de Mar, Barcelona, y con el paso de los años abrió con su esposo un restaurante ahí mismo.
El sitio llevaba el mismo nombre del lugar donde lo instalaron y ganó tres estrellas Michelin para 2006. Luego abrió Moments, también en Barcelona, donde le otorgaron dos más; así como otro San Pol de Mar, en Tokio, por el que también le dieron un par de galardones de la guía.
No obstante, en 2018 Ruscalleda cerró su restaurante Sant Pol, de Barcelona, con el propósito de reinventarse. Como ese tenía tres estrellas, ahora solo cuenta con cuatro.
Una mujer gana por primera vez una edición de Master Chef en territorio árabe
Su nombre es Nof Atamna-Ismaeel, y es una microbióloga que, en 2014, ganó por primera vez una edición de Master Chef en Israel. Lo trascendente de este logro deviene del hecho de que en Medio Oriente aún reinan conductas machistas que imposibilitan a la mayoría de las mujeres a brillar en diversos ámbitos. La gastronomía no es la excepción.
Allá, como acá, las mujeres están casi tras las cocinas de sus casas, por la alimentación de sus familias, pero sin duda quienes se llevan los laureles por premios, son los hombres. Atamna-Ismaeel hizo historia.
Luego de ganar, Atamna-Ismael dijo que fue “el momento más emocionante” de su vida y destacó que planeaba usar el dinero de su premio en abrir un colegio de cocina árabe israelí.
El discurso de una chef que marcó a toda Latinoamérica
La chef chilena Carolina Bazán habló por todas las cocineras de habla hispana en nuestro continente, cuando a finales del 2019 subió a una tarima para recibir el reconocimiento de Mejor Chef Mujer de Latinoamérica, por los Latam’s 50 Best Restaurants.
De acuerdo con lo que dijo en esos minutos, que sin duda marcaron un antes y un después en lo que a empoderamiento femenino en la cocina se refiere, estuvo a poco de no ir a recibir el galardón, porque considera que hay muchísimas mujeres en su posición que lo merecían igual o más que ella.
“Eso ocurre porque estamos cocinando. Decidí aceptar porque somos millones las mujeres que cocinamos y este es un premio para todas las que no están aquí y no pudieron vivir este privilegio”, dijo en la ceremonia.
Desde hace años, Bazán tiene un discurso que orbita alrededor de la visibilización de mujeres en la industria gastronómica. Y aunque reconoce grandes avances en la materia, al mismo tiempo sabe que aún hace falta mucho por hacer.
Bazán toda la razón. El mundo ha cambiado y nosotras con él. Pero sin duda hace falta que se creen más condiciones para que el paso de una mujer por la cocina sea menos tortuoso y más justo, más reconocido, más valorado.
Las mujeres han hecho mucho por la gastronomía mundial. Es momento de que sus glorias sean las glorias de todos.