En el corazón de la tradición mezcalera, existe un elemento esencial que moldea el sabor y la esencia de esta bebida ancestral: la damajuana. Esta garrafa con forma peculiar, es mucho más que un simple recipiente. Es el alma donde el mezcal toma su personalidad por completo. En esta nota, te contamos sobre el origen y usos que hoy hace a la damajuana el recipiente predilecto para un destilado orgullosamente mexicano.
Por: Desiree Perea
Una herramienta europea que encontró su hogar en México
La damajuana es una garrafa de vidrio histórica de gran capacidad. Su propósito tenía como objetivo el almacenamiento prolongado de líquidos. Se caracteriza por tener un cuerpo amplio redondo y un cuello angosto; esto permite un mejor manejo del contenido. En algunos casos, este recipiente se cubre con una funda de mimbre o petate para proteger el vidrio y facilitar su transporte.
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El origen de la damajuana no está completamente definido, pero se cree que proviene de Europa (de Francia o España). Ahí se utilizaba principalmente para almacenar vino y aceite de oliva. Sin embargo, con el paso del tiempo, se descubrió su uso en la industria de bebidas alcohólicas. En México, destaca dentro de la producción artesanal del mezcal.
Dentro de las múltiples razones por la que se elige este tipo de recipiente, la apariencia del destilado se mantiene en primer lugar. Un buen mezcal se presenta completamente limpio. Debe ser transparente y brillante, por lo que no es ideal almacenarlo en barriles de madera. Es por ello que la damajuana hoy juega un papel importante en la presentación e incluso, su efecto es mucho más profundo.
El impacto de la damajuana en el perfil del mezcal
Aunque el diseño de este recipiente no es mexicano, la damajuana ha sido un recipiente clave para el reposo y almacenamiento de la bebida. Tras la destilación, los maestros mezcaleros optan por dejar el mezcal en damajuanas de vidrio. De esta manera, la bebida repose sin que se alteren sus propiedades organolépticas de forma drástica.
Dentro de los puntos a favor de las damajuanas permiten un contacto controlado del destilado con el oxígeno. Con el paso del tiempo, la bebida desarrolla notas más suaves y equilibradas. Se pueden guardar en estos recipientes por meses o incluso cumplir el año, antes de trasladar el resultado final a la botella.
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Asimismo, otra ventaja de estos recipientes es que se pueden encontrar diversas opciones en cuanto a capacidad de almacenamiento. Algunas pueden guardar hasta 40 litros, así no se desperdicia ni una gota de cada producción.
Así, la damajuana ha sido testigo de la historia y evolución del mezcal. Su uso en la maduración y conservación de esta bebida, ha sido clave para mantener la calidad y autenticidad a lo largo de los siglos. Hoy en día, el mezcal madurado en damajuana es una opción valorada por los conocedores y amantes de esta bebida, permitiendo que el destilado se desarrolle sin perder su esencia.
