Los amantes del café cuentan con un catálogo amplio donde se concentra gran variedad de opciones; cada una con su propio encanto y sabor. Si nos centramos en las bebidas cremosas Entre las más populares se encuentran el cappuccino y el flat white. Ambas preparaciones a base de espresso y leche que, a simple vista, pueden parecer similares.
Sin embargo, detrás de su apariencia similar se esconden diferencias sutiles que las convierten en bebidas únicas. Conocerlas a profundidad es un verdadero deleite; no solo para el paladar, sino también para sentido del olfato. En esta nota, te presentamos los elementos puntuales que hacen la gran diferencia entre el cappuccino y el flat white.
Por: Desiree Perea
Elementos que identifican al cappuccino y al flat white
Los lugares de nacimiento de estas bebidas se encuentran como el primer factor diferenciador. La historia más popular acerca del origen del cappuccino tiene su origen en Italia; donde surgió como una bebida para el desayuno. Aunque otras historias se relacionan por completo con los Capuchinos, una orden religiosa franciscana que vestía túnicas de color marrón con una capucha blanca, similar a la espuma de esta exquisita bebida suave.
Por otro lado, el flat white tiene su origen en Australia y Nueva Zelanda; donde se desarrolló como una alternativa al cappuccino. Aquí buscaban una textura de leche suave y aterciopelada, sin darle tanto protagonismo a la espuma. De hecho, se cree que su nombre proviene esta característica particular, pues su apariencia es plana y blanca.
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Porciones
El cappuccino se caracteriza por su equilibrio entre espresso, leche vaporizada y espuma de leche. La proporción ideal es de 1/3 de espresso, 1/3 de leche vaporizada y 1/3 de espuma de leche. La espuma de leche del cappuccino es espesa y cremosa, con burbujas grandes y visibles.
Para apreciar esta diferencia, esta preparación suele servirse en vasos altos transparentes; aunque si se hace en una taza, es posible apreciar el cambio de texturas a través de cada sorbo. Un buen cappuccino no requiere de azúcar, pues el dulzor natural de la leche debe ser suficiente.
En cuanto al flat white, la versión tradicional incluye siempre dos cargas de espresso; estas se aligeran con leche al vapor que genera espuma de forma natural. No se acostumbra a incluir una porción extra únicamente de espuma.
Textura
Por otra parte, también es posible reconocer entre el capuccino y el flat white por sus respectivas texturas. El primero tiene una textura más pesada y concentrada; además de que la espuma suele ser firme y con poco aire. Una buena espuma debe tener la capacidad de permanecer intacta.
Mientras que el flat white si es cremoso, pero se mantiene en el límite de lo ligero. Esto permite que acompañe a distintos platillos, no solo postres o panadería dulce. Esta preparación ofrece un sabor más delicado y equilibrado; donde el espresso y la leche se integran a la perfección.
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Intensidad del café
Por último, también podemos encontrar como factor diferenciador el sabor del café en cada uno. El cappuccino tiene un sabor equilibrado entre el café y la leche, con notas dulces y cremosas provenientes de la espuma de leche. Es una bebida ideal para quienes disfrutan de un sabor suave y una textura espesa.
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Por la parte del flat white, este tiene un sabor más intenso a café que el cappuccino, debido a la menor cantidad de espuma de leche. Es una bebida perfecta para los amantes del café que buscan una textura suave y el sabor puro del espresso. Cada una de estas opciones cuenta con características únicas, que no tienen que convertirlos en enemigos.
En resumen, tanto el cappuccino como el flat white son deliciosas opciones para disfrutar del café. Su diferencia radica en la textura y el sabor de la leche; lo que las convierte en bebidas exquisitas para diferentes paladares.
