Debido a la “nueva normalidad” hoteleros están tomando medidas extraordinarias para reanudar sus actividades. Al respecto platicamos con Michelle Fridman, actual Secretaria de Fomento Turístico de Yucatán, para que nos informara sobre las acciones y protocolos que se implementarán para evitar la propagación de COVID-19.
El Certificado de Buenas Prácticas se diseñó bajo los procedimientos y normativas internacionales, POSI (prevención de propagación de infecciones), programas de calidad turística para centros de consumo, hoteles y restaurantes en tiempos de COVID-19, emitido por la Secretaría de Salud y la Secretaría de Turismo de México.
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SEFOTUR es el organismo encargado de emitir este certificado, mediante un equipo que capacita y gestiona a cada empresa dentro del gremio. Son cinco módulos enfocados en la prevención, formación y trabajo en equipo para asegurar la calidad del servicio.
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Para obtener el certificado se debe formar un (EGC) equipo de gestión de crisis; cumplir con 85% de puntos de control definidos en la lista de verificación, y presentar la documentación con evidencia solicitada en el programa de capacitación.
Durante la entrevista se mencionó la importancia del trabajo de la Secretaría para hacer del destino una opción viable, en atención a que el 8 de junio Yucatán recibió el Sello de Viaje Seguro (Travel Safety Stamp) del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC), por los protocolos implementados para proteger la salud de los viajeros.
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El impacto hotelero
Héctor Fernandez de Lara, director general de Hotel El Sueño, en Puebla, nos comenta que la situación ha afectado a diversos colegas del medio. Ellos son de los pocos que no cerraron sus puertas durante la pandemia; sin embargo, tuvieron que reducir su aforo al mínimo, y su clientela se enfocó en personas de negocios.
En palabras de Héctor, el impacto lo sintieron a finales de marzo, cuando les quitaron el servicio de comedor. Tuvieron que adaptarse a delivery y limitar el uso de las estancias del hotel. Lo único malo de las plataformas que distribuyen comida son las comisiones, pues a pesar del problema, no se solidarizan con los hoteleros. Las altas comisiones han obligado a muchos hoteleros a delimitar sus pedidos directamente en el restaurante, para así poder mantener a flote las nóminas internas.
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Ahora, con la “la nueva normalidad”, van a trabajar en conjunto con la CANIRAC para mantener al día las capacitaciones. Además el IMSS tiene que aprobar a los restaurantes con un protocolo que avale las capacitaciones de seguridad sanitaria. Al final, todas estas acciones tienen un costo extra para los hoteleros, ya que se debe comprar equipo de protección para el personal.
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Dentro del protocolo de apertura se marca el uso del medidor de temperatura, el dispensador de gel antibacterial y el uso de mascarillas. Además, tienen que ofrecer todos sus productos en envases desechables si son para delivery. Dentro del restaurante el acomodo de mesas debe ser el adecuado para evitar la aglomeración de comensales, y los recipientes de servicio deben ser individuales, ya que nada se puede reciclar.
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Todo el personal debe tomar los cursos del IMSS, ya que cada establecimiento deberá tener una carpeta con un código QR que certifique que el equipo está capacitado y ha aprobado en los exámenes. Una vez lista la carpeta con todos los requisitos, se debe imprimir una constancia para que Protección Civil certifique y otorgue el último QR; con el cual podrán iniciar labores una vez que se marque semáforo naranja.
Sin estos requisitos será imposible la apertura de dichos establecimientos. El protocolo también marca que sólo serían los establecimientos con espacios abiertos, y siempre al 50% de su capacidad.
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