Las bebidas también forman parte de la cultura gastronómica de cada país. En Latinoamérica, muchas de ellas provienen de la época prehispánica; en Colombia, el masato es la bebida fermentada que da prueba de ello.
Por Pamela Trejo
Origen y apariencia
El masato es una bebida prehispánica de gran importancia en Colombia, pero también la encontramos en Perú, Ecuador y Bolivia. En países como Brasil y Venezuela se le conoce como cachiri. Esta bebida es preparada a base de arroz, maíz o piña; en otras poblaciones se hace con yuca y se le llama chicha.
La apariencia del masato es similar a la del pulque. Originalmente es de color blanco nacarado y sus consistencia es un tanto viscosa. Su sabor, aparte de lo fuerte del fermentado, también es dulce, pues se le agrega panela (piloncillo) a la mezcla.
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Preparación tradicional de masato
Esta bebida es realizada principalmente y según la página de Estudios Sociales de Colombia, por los pobladores de las comunidades muiscas y guanes. Estos grupos indígenas mantienen la forma tradicional de preparar este néctar; ellos mencionan que es indispensable contar con una moya (olla) de barro, pues cuando el fermento genera gases se expande el envase y si es fabricado de otro material, puede romperse.
El inicio tradicional de la fermentación del masato inicia con el masticado de la yuca, que posteriormente se escupe en la olla y se deja fermentar por varios días. En la actualidad sólo se aplasta con un palo de madera.
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Consumo
Esta bebida no solo la beben adultos, ya que también se les da a los niños en vez de refrescos o jugos artificiales. Las fechas en las que más se toma es principalmente en las reuniones, sobre todo en las fiestas de fin de año. Muchos de los pobladores que han salido de su país regresan con ganas de probar el masato, la bebida que sabe a su hogar.