Hacer dieta y comer delicioso no es siempre algo que vaya de la mano. Luzia nació como una respuesta, en modalidad dark kitchen, que cumple antojos al tiempo que ofrece platillos saludables que no son precisamente pensados para restringir calorías.
Este nuevo concepto, a cargo del chef Paco Campuzano y la chef Mónica Estavillo, pone sobre la mesa opciones antojables preparadas con ingredientes a los que se les puede seguir la pista y llegar a un lugar confiable.
Ellos mismos se conciben como hacedores de clean food, así que intentan cambiar su menú de acuerdo a la temporalidad y la disposición natural de insumos.
“Cuando mi socia y yo hablamos sobre cómo aterrizar el proyecto en una carta que le gustara a la gente y fuera acorde con lo que teníamos en la cabeza, recordé la emoción que yo sentía cuando era niño y abría una ‘cajita feliz’: era siempre algo maravilloso, que me hacía esperar con ansias la siguiente vez. Queríamos que nuestros clientes sintieran eso mismo cada que les llegara un paquete con nuestra comida a casa”, asegura el chef Campuzano, sentado en la mesa de la recepción de la ghost kitchen.
El menú
El formato de este concepto fue pensado desde el inicio para ser una cocina fantasma, que enviara a domicilio platillos monchosos y saludables de todo tipo: lo mismo desayunos con huevos benedictinos o revueltos, que chilaquiles, french toasts con crema de vainilla, sándwiches de queso o melt roast beef, hamburguesas vegetarianas, ceviches, ensaladas, pastas y hasta pollitos de leche con verduras rostizadas y jus de pollo.
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Luzia acaba de abrir hace poco más de un mes y ya ofrece algo de todo, para todos.
“Paco y yo siempre contamos esto: él es casi siempre el de los antojos más pecaminosos y yo, que también amo comer, lo sigo pero propongo alguna alternativa saludable. Así sea para no sentir tanta culpa. Sólo de esa manera logramos un menú equilibrado entre mero placer y corrección”, asegura la chef Estavillo.
Algo que se nota de inmediato cuando una llega a hacer pick up o a comprar en mostrador en Luzia, es que el ambiente se siente relajado para los clientes sin descuidar la técnica de la manufactura en los alimentos.
“Queremos que nuestros comensales sientan en casa la buena vibra con la que preparamos todo acá. En serio, buscamos que la pasen tan bien con esta comida, que olviden contar calorías”, asegura Lily Castro, la socia del chef Campuzano.
Una barra, como escaparate
Algo que el staff de Luzia ha entendido perfectamente es que la enseñanza clave de la pandemia es “compartir y ayudar”. Es por eso que su barra de café de especialidad, por ejemplo, se ha convertido en un escaparate que muestra la calidad de los pequeños productores que les surten por temporadas. Entre sus planes próximos está el de instaurar una suerte de tiendita-deli de productos gourmet, donde estas marcas puedan tener mayor exposición.
Pronto también habrá disponibles kombuchas hechas en casa, así como jugos naturales y aguas frescas.
La próxima vez que sientas un antojo irrenunciable, pero no quieras tener sobre ti el peso de un genuino remordimiento, ya lo sabes: Luzia seguro tiene algo que te gustará.
Dónde: Lope de Vega 338, local B, Chapultepec Morales, Polanco, CDMX (por ahora, sólo para delivery o pick up).
Cheque promedio: $300 por persona.
IG @luziamx