Esta salsa dulce encuentra el balance entre dos ingredientes: jitomate y azúcar. Perfecto acompañante de las hamburguesas, papas a la francesa y hot–dogs, entre muchos otros. Aunque existen personas que lo llevan al extremo, sin duda la ketchup es un elemento que no puede faltar en los hogares norteamericanos.
Aunque ese país es donde más se consume, su origen no está situado ahí. La receta que figura como el precursor de esta salsa tiene su origen en China, pero esta versión no incluía jitomate en la receta. Y en algún momento en los años 30’s, apareció en las recetas médicas.
Por: Desiree Perea
Primeros registros de la salsa ketchup
En el continente asiático, aproximadamente 300 años antes de Cristo, fue creada la primera versión de esta salsa. Las primeras denominaciones para esta creación eran ‘getchup’ o ‘koecheup’. La consistencia era más espesa, de tipo pasta, creada con sobras de pescado, carne y soya, la cual era fermentada.
Fue una de las primeras opciones debido a su amplio periodo de almacenamiento, así que era posible llevarla como parte de las comidas en los largos viajes en barco.
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Gracias a ello llegó a más países de este continente, donde cada persona comenzó a añadir otros ingredientes para cambiar el sabor, de acuerdo a sus gustos. Principalmente se volvió el aderezo favorito por su alto nivel de sal, a través del cual mejoraban la sazón. Después de muchas pruebas y diferentes nueces, setas e incluso frutas, en 1812 se llegó a la versión de kétchup que disfrutamos en la actualidad.
James Mease fue el científico que se encargó de definir la receta con jitomate y especias, aunque prescindía del toque dulce. Y para ayudar a la preservación, incluía un poco de brandy. Pronto comenzó a correrse la voz y el doctor John Cooke ideó su propia receta.
La cual no terminó ahí, pues no la vendió solamente como una salsa, sino como medicina. Asegurando que podía curar enfermedades como diarrea, indigestión, reumas e ictericia.
Incluso con ayuda de Archibald Miles, crearon un extracto de la salsa que convirtieron en pastillas. De alguna manera con esta presentación, era más creíble la parte curativa que se prometía. Después de esta fiebre, Heinz salió al mercado con su receta en 1876, donde la receta añadía vinagre y azúcar morena.
Siendo los primeros valientes en implementar envases de vidrio totalmente transparente, para asegurar a los consumidores el producto real que ofrecían, sin nada de secretos.
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Una salsa multifacética
Aunque no todo está perdido, pues hoy en día aún tiene un lado medicinal. Pues uno de los consejos más populares al sufrir quemaduras leves, es colocar ketchup sobre la zona afectada. Esto debido a las propiedades antioxidantes en el licopeno, un componente del jitomate. El cual ayuda a aliviar el ardor, así como en el proceso de reconstrucción de la piel.
Por otro lado, las recetas con ketchup son cada vez más comunes, incursionando con los pescados y mariscos, carnes e incluso en el desayuno. Además, suelen crear combinaciones con mayonesa, mostaza, y pepinillos. En el pasado también había versiones con ostras, bayas, anchoas y champiñones.
Las ventajas de su amplio periodo de conserva aún se mantienen, que de hecho es posible elaborarla de manera casera. Requiere de un buen tiempo de cocción a fuego lento para lograr la consistencia espesa.