Ximbó es una palabra de origen Hñähñú –la lengua indígena que habla la comunidad otomí en el Valle del Mezquital, Hidalgo–, cuyo significado es “corazón de maguey”. En dicho estado, el ximbó es un preparado que consiste en un pollo entero, cueros de cerdo y nopales enchilados con chile guajillo y condimentado con especias y hierbas de olor. Al igual que la barbacoa, dicha preparación se envuelve en pencas de maguey y se cocina en hornos bajo la tierra.
¿Cómo se elabora?
La elaboración del ximbó lleva casi un día entero. Primero se seleccionan los ingredientes y posteriormente se prepara el adobo. El siguiente paso es asar las pencas de maguey en donde irá envuelto, para finalmente colocar todos los ingredientes dentro de éstas. El paso último consiste en amarrar la penca con mecate y llevar al horno junto con la barbacoa y el consomé de borrego. El tiempo estimado de cocción es de a 8-10 horas, aproximadamente.
Este platillo es tan popular en la región, que no hay puesto de barbacoa que no lo tenga en su menú. La combinación de la carne de pollo y cerdo, en conjunto con el adobo, hacen del ximbó algo único. En los mercados de Ixmiquilpan, Actopan y San Salvador, es común degustarlo acompañado de consomé de borrego, tortillas del comal y una buena salsa de molcajete.
Orgullo del Valle del Mezquital
Aunque no existen datos exactos sobre el origen del ximbó, algunos pobladores de Actopan le adjudican la receta original a la familia Lugo-Serrano, originarios de este municipio; incluso aseguran que el platillo fue llamado así por los mismos indígenas de la zona, quienes lo bautizaron en su propio dialecto.
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Pese a que el ximbó tiene poco más de tres décadas de existir, sigue siendo uno de los favoritos en toda la región Valle del Mezquital, gracias a su sabor y textura. Tan ha sido así, que comúnmente se le replica en municipios aledaños a la zona.