No es japonesa, ni peruana, es una cocina de estilo libre. El encuentro y diálogo de dos culturas.
La migración cambia el paisaje. En 1889 una oleada de japoneses llegó a Perú, en su mayoría hombres solteros bajo contrato y la instrucción de construir haciendas azucareras.
En la maleta japonesa no podía faltar lo gastronómico. Así nació la cocina nikkei, que significa “un japonés lejos de Japón”, la unión de dos culturas mediante técnicas e ingredientes que hoy disfrutamos en makis, cebiches y tiraditos.
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De acuerdo a Mariella Balbi, investigadora de la cocina nikkei, y el chef Gastón Acurio, el pionero que popularizó su consumo fuera de casa fue Minoru Kunigami a finales de los 60 con su restaurante de especialidad de mar.
Esto, sumado al decreto del jefe de gobierno, el militar el General Juan Velasco Alvarado, quien prohibió la venta de carne roja durante 15 días por mes (1968- 1975) fue suficiente para la apertura de cebicherías y restaurantes especializados en cortes de pescado crudo con sal y limón, en donde el chiste era comerlo enseguida de prepararlo.
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En cuanto a los makis y los tempuras, se puede pensar que Nobu Matsuhisa y Toshiro Konishi fueron quienes impulsaron con gran fuerza su presencia en Perú. Esto sin olvidar que Konishi fue quien, se dice, inventó el tiradito.
LOS MAKIS
Aunque se comen igual que en su lugar de origen, se occidentalizaron al trabajarse con producto local.
EL CEBICHE
Se consumía desde tiempos inmemorables, pero los japoneses perfeccionaron la forma de disfrutarlo cambiando la maceración en limón de varias horas por segundos.
TIRADITOS
En México aparecen aunque no sea un espacio nikkei. Es común verlo en la carta de pesca junto a los aguachiles.