Los días nublados y lluviosos invitan a quedarte acostado entre las sábanas de la cama, viendo una película y comiendo algo rico. ¿También pensaste en churros? Este pan de la repostería clásica es muy sencillo de preparar y aquí te pasamos la receta para hacer tus propios churros caseros.
Por Yulissa Arcos
El cielo se torna gris y las ganas de salir de tu casa disminuyen; sin embargo, eso no calma tu antojo de algo dulce. ¡Tenemos la solución! Los churros caseros le darán un placentero momento a tu paladar. Además, son muy fáciles de preparar.
Corre a tu alacena
Lo que necesitas para prepararlos seguramente ya lo tienes en casa: agua, harina de trigo, extracto de vainilla, polvo para hornear, azúcar, canela en polvo, un huevo y una cucharadita de sal. Usar colorante vegetal café es opcional y sirve para darle una apariencia más tostada a tus churros.
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También ocuparás una olla con profundidad, toallas de cocina, un litro de aceite, una manga pastelera y una duya. En caso de que no cuentes con alguna de estas, podrás introducir la masa en una bolsa de plástico y perforar la esquina. Así tendrás mayor control de la mezcla.
Las manos en la masa
Para preparar la masa deberás agregar 500 mililitros de agua y una cucharada de sal en una olla y llevarla al fuego. Cuando comience a hervir, retira y añade harina: mezcla hasta que tenga una consistencia firme y no esté pegajosa; es importante que esté libre de grumos. Puedes agregar unas gotas de colorante café.
Mientras se enfría la mezcla, pon a calentar el litro de aceite a temperatura alta. Luego, mete la masa en la manga pastelera de boca fina; asegúrate que no queden burbujas de aire pues esto arruinaría el proceso. Y cuando el aceite esté bien caliente, es hora de introducir los churros.
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Aprieta la manga pastelera de forma continua hasta que el churro tenga el tamaño de tu elección; puedes cortar las tiras de masa con ayuda de unas tijeras. Evita que los churros se peguen entre sí porque pueden desbaratarse, y retíralos después de tres minutos o hasta que se encuentren de color dorado.
Déjalos escurrir sobre un plato con toallas absorbentes y, mientras sigan calientes, pásalos por una mezcla de canela con azúcar. ¡Listo! Tienes unos exquisitos churros caseros, ¿verdad que fue realmente fácil? Acompáñalos con una taza de chocolate caliente espumado en molinillo.
Si quieres darle un toque más profesional y glotón, perfora el centro del churro con un popote sin llegar al extremo contrario. Ahora introduce el relleno que más te guste. Puede ser mermelada, cajeta, leche condensada y hasta queso crema; el límite es tu creatividad.