Con los nuevos reglamentos sobre el uso de bolsas de plástico, vuelven los métodos de nuestras abuelas: bolsas de tela, yute, las típicas “de mercado”, los famosos tuppers, y los cucuruchos de papel. ¿Pero estas opciones son realmente tan sustentables como dicen?
Muchas de las propuestas que nos presentan como sustentables son hasta más dañinas, o por lo menos no tan inmediatamente amigables con el planeta como nos han hecho creer. Por ejemplo, una bolsa de papel debería reutilizarse al menos tres o cuatro veces para compensar su producción, mientras que las de tela deben usarse un mínimo de 130 veces; no olvidemos tampoco que la leche de almendra se produce a costa de las abejas, ni la deforestación causada por el aceite de palma y la soya. Por ello es importante comparar métodos y productos si realmente queremos elegir la opción más sustentable: es difícil que una bolsa de papel resista tres o cuatro usos, o incluso que la de tela llegue a los 130, y es ahí donde se pierden los beneficios potenciales de estos empaques.
Una bolsa de tela debe ser usada más de cien veces para anular su huella de carbono. Imagen: Shutterstock
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Opciones sustentables
Una de las mejores opciones para compras ligeras es el cucurucho, especialmente el de periódico. De entrada, es un siguiente uso para el papel, que después de leerlo generalmente se convierte en basura. El cucurucho es fácil de hacer, puede usarse varias veces, y cuando deje de servir es biodegradable. Esta herramienta tiene una ventaja adicional: preserva la frescura de los ingredientes. Chiles, principalmente los secos, se conservan mejor y por más tiempo, mantienen su temperatura, y sufren menos daños; las frutas no se queman ni se manchan cuando van envueltas en periódico, además de que maduran mejor.
Las bolsas de papel son otras alternativas, pero es importante ser cuidadoso para no dañarlas excesivamente y no tirarlas después del primer uso; después de todo, son elaboradas a partir de árboles talados. También asegúrate de que por dentro no vengan recubiertas con cera o pegamento, ya que esto también arruina su potencial reciclable y biodegradable.
Las bolsas y cucuruchos de papel son algunas de las opciones más clásicas. Imagen: Shutterstock
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Estrategias efectivas
Algunos establecimientos, sobre todo los negocios pequeños, ofrecen descuento si llevas tus propios recipientes. Busca esas opciones para tener beneficio por todos lados: evitas usar un recipiente extra de un solo uso, utilizas un mismo contenedor varias veces y así compensas su huella de carbono, y además ahorras dinero.
Lo más importante es evitar el error más común: si ya tienes una bolsa o recipiente, ¡no olvides llevarlos cuando vayas de compras! Así evitarás tener que comprar una bolsa o caja de último momento, lo que provoca un gasto adicional y arruina todo el propósito de estas iniciativas. La gran mayoría de las tiendas y comercios dejaron las bolsas desde el 1 de enero, así que ya no hay pretexto para no estar preparado. Y, sobre todo, recuerda que la mejor decisión es la informada.
