Que las tortas chilangas son una de las máximas expresiones de la cocina más relajada y más rica de México, es algo bien sabido. Dejemos de lado que son fáciles de conseguir, de comer y de replicar en casa. También son megadiversas.
Hoy te vamos a contar solo sobre algunos tipos de las que nos parecen más representativas. Está bajo tu riesgo antojarte al grado de ir por una al terminar de leer la nota, o de comprarlo todo para hacerlas tú mismo y cenarlas esta noche.
Ojo: esta la parte 1 de 3, de una serie que sabemos que disfrutarás mucho.
Las tortas chilangas que más amamos
Las amamos a todas, de entrada. Pero seamos realistas: hay algunas que son más nuestras preferidas, que otras. Acá te dejamos una selección para que primero las repases en tu mente y luego hagas realidad el sueño de tener una, calientita y bien servida, entre las manos.
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1. Tortas de guisado
En este caso, las tortas de guisado son como un lienzo en blanco en el que todas las posibilidades están permitidas. Y está bien. Basta con que te acerques a un puesto de callen en el que las vendan, para que veas enfiladas una cantidad emocionante de cazuelas con distintos guisados.
Algunos de los principales son chicharrón en salsa verde o roja, huevitos revueltos con jamón, rajas con crema, salchichas enchiladas o picadillo. La base clásica de esta torta es frijoles, sobre los que se pone una ración de arroz rojo.
Dónde probarlas: en el puesto ambulante que se pone en la esquina de las calles de Arizona y Avenida del Parque, en la colonia Nápoles de la CDMX.
2. Tortas de tamal
Un ícono de la CDMX. La torta de tamal es sinónimo de calorías y también de un fuerte abrazo chilango por las mañanas.
Las opciones de tamal que debes poner dentro de tu torta son rojo de rajas, de verde o mole. Si eres fan de lo dulce, quizá sea buena idea probar el de piña, el de fresa y el de chocolate.
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Sea lo que sea que decidas, te recomendamos salsear el tamal. Esto, para que la mordida no te resulte demasiado seca. Recuerda que los tamales que se usan para estos fines son normalmente de los que se cocinan dentro de hojas de maíz, no de plátano.
Dónde probarlas: en el puesto de tamales y gorditas de chicharrón que está en la esquina de las calles de Arizona y Filadelfia, en la colonia Nápoles de la CDMX.
3. Tortas de chilaquiles
Otra leyenda de la mitología clásica chilanga. Así como la torta de tamal ha trascendido fronteras, la que va rellena de chilaquiles no se queda atrás. Su anatomía no precisa ni de la capa de mayonesa, ni de la de frijoles.
Los chilaquiles, que idealmente deben ir caldosos, se encargarán de que el pan se remoje por dentro mientras que por fuera sigue seco.
Una buena torta de chilaquiles lleva encima mucha crema y mucho queso rallado. Ojo: acompañarla de un café de olla o de un atolito no es mala idea.
Dónde probarlas: Fonda Karina, enfrente de la Escuela Nacional De Ciencias Biológicas del IPN.
Ahora que sabes dónde probar estas tortas icónicas de la CDMX y también realmente en qué consisten, ¿por cuál de ellas empezarías?
