Si siempre habías soñado con hacer tamales pero por falta de tiempo, o de técnica, nunca los has intentado, ahora es el momento. Una comida mexicana tan tradicional no podía ser tan sencilla de elaborar.
Sabemos que muchas personas te han dicho que preparar tamales es absolutamente engorroso (porque nos lo han dicho a nosotros también), pero confía en nuestra palabra: si no te complicas demasiado con el relleno, son fáciles de replicar en la cocina de tu casa.
Hoy queremos compartirte estos tips prácticos para que logres unos tamales de frijol gloriosos con unas cuantas hojas santas.
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La masa y el relleno
Amasa harina para hacer tortillas de maíz con un poco de agua tibia, hasta que quede una masa tersa y húmeda, que no se pegue en las manos.
Pon a sofreír un poco de cebolla blanca y ajo, luego agregar los frijoles negros caldosos. Dejar que se friten unos cinco minutos y luego licúalos. Esta será la pasta con la que rellenarás tus tamales.
La producción de los tamales
No olvides remojar y escurrir las hojas de maíz. Una vez que estén listas, pon tu masa en el fondo de un bowl metálico y agrega la manteca prácticamente derretida.
Mezcla perfectamente y cerciórate de que todos los ingredientes están bien incorporados. Si no lo haces así, es posible que el resultado final sea un poco desagradable.
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En cada hoja de maíz, previamente remojada y escurrida, coloca una hoja santa de tamaño pequeño (o varias troceadas). Esto es para que las hojas santas sean visibles en la preparación. Encima de esto agrega una capa de la masa y luego otra de los frijoles.
Cierra cada tamal como si fuera un taco. De esta forma podrás lograr que el relleno de frijoles quede bien aprisionado dentro de la masa. Si puedes cerrar los tamales con un hilo, está bien. De lo contrario, con que los dobles firmemente es suficiente.
La cocción
Acomoda tus tamales dentro de una vaporera u olla en la que se pueda lograr un baño maría. Revísalos frecuentemente, para que el agua en el fondo del recipiente no se evapore con tanta facilidad.
Cocina tus tamales por al menos una hora, a fuego medio. Podrás sacarlos hasta que al revisarlos se vean cocidos, no pastosos por dentro.
Disfruta de tu receta acompañada de un café o un atole.
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