La técnica de fabricación artesanal de cerámica de estilo talaverano que se practica en los estados de Puebla y de Tlaxcala, en México, fue reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Este reconocimiento también incluye a la cerámica de Talavera de la Reina y el Puente del Arzobispo en España.
Conforme el Instituto Nacional de Antropología e Historia, se trata de la primera técnica artesanal mexicana que recibe este nombramiento, además de la primera inscripción binacional.
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“El registro valora los conocimientos teóricos y prácticos que requiere la técnica, su transmisión de generación en generación, y la manera en la que su a su alrededor se establecen identidades propias en cada taller y región donde se practica”, se lee en un comunicado emitido por la UNESCO.
Como parte del reconocimiento se propusieron medidas de salvaguarda de esta técnica, entre las que destacan acciones para asegurar la transmisión del conocimiento artesanal a través de espacios de capacitación y difusión. Además de la creación de mecanismos para garantizar el acceso a materias primas y materiales de fabricación de la talavera.
También se propuso la búsqueda de instrumentos para garantizar los derechos laborales y sociales de los artesanos.
Aunque las técnicas de alfarería han evolucionado en México y en España, los procedimientos de fabricación, esmaltado y decoración de este tipo de cerámica siguen siendo artesanales e idénticos a los que se practicaban en el siglo XVI.
Proceso de elaboración artesanal
Hace unos meses GOURMET DE MÉXICO tuvo la oportunidad de visitar el taller de producción Talavera de la Reyna en Cholula, Puebla. Donde artesanos nos mostraron de primera mano la técnica que aprendieron de sus padres y abuelos y que han perfeccionado con el paso de los años.
Todo comienza con la mezcla de barros negro y blanco, que después se amasa para eliminar burbujas. En el torno se forman piezas a mano y con moldes de yeso; posteriormente estas se dejan secar por un periodo de dos a seis semanas.
Después se lleva a cabo el vidriado y los objetos se pintan con colores hechos a base de minerales óxidos. La decoración se realiza a mano alzada. Los artesanos trabajan tan rápido que pareciera un proceso sencillo, sin embargo, hay que tener gran precisión.
La parte del horneado se lleva a cabo a temperaturas por arriba de los mil grados centígrados, esto con el fin de obtener el brillo natural de los minerales.
Las piezas terminadas se venden en el mismo taller. Y hay desde un servilletero hasta vajillas completas. Además de colaboraciones con artistas del país e internacionales.