La chef Yérika Muñoz nos cuenta cómo ha sido el desarrollo de la restauración peruana en CDMX.
Por: Yérika Muñoz
Uno de los primeros restaurantes peruanos en México de los que tengo memoria es Paccebs, El Peruano del Sur. Además de cocina, tiene una tienda de artesanías de allá. Hace doce años, cuando abrió, los mexicanos no estábamos tan empapados de lo que era la gastronómica de aquel país.
Hace una década llegó La Mar de Gastón Acurio, quien fue uno los primeros chefs en dar a conocer esta cocina y sus ingredientes a detalle. Antes de él no se entendía qué era la leche de tigre, el chupe o un pisco sour. Acurio y su equipo se encargaron de ir borrando los tabúes que había alrededor de Perú y sus cocinas, los comensales supieron que su riqueza es inmensa y que va más allá de los pescados y mariscos.
¿ESTÁ DE MODA?
No lo creo, más bien es parte de la gran labor que Gastón ha hecho al llevar a la gastronomía peruana por el mundo. Es cuando más restaurantes peruanos se han abierto fuera de Perú, teniendo a México como el segundo muelle. Más que una moda, es la gran unión que han tenido los peruanos con el mundo al mostrar su gastronomía y su rica diversidad.
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Al no tener la facilidad de contar con los productos nativos, los cocineros en México tratan de acercarse lo más posible a los sabores bajo la experimentación, sobre todo con el ají, un chile que aunque logre cultivarse en nuestro país jamás podría igualar su sabor original.
Es lo mismo con las papas, el maíz para la cancha tostada y la chicha morada. A pesar de ello, se han logrado maravillas con lo
que en tenemos a la mano, esto no es un impedimento para contar con una buena cocina peruana fuera su país de origen.
