En Colombia el café es una forma de vida; con variedades que cambian por región, el café colombiano ha ganado reconocimiento mundial. Te contamos por qué.
El café colombiano tiene la fama de ser uno de los mejores del mundo. Muchas personas viajan al país sudamericano sólo para probar sus cafés suaves de alta calidad, que lo convierten en el tercer productor más importante a nivel mundial, detrás de Brasil y Vietnam.
Los cafés colombianos se caracterizan por tener mucho cuerpo y cada región ofrece un distinto perfil en taza: los hay con notas de dulce, nuez y chocolate, hasta florales y frutales, casi tropical.
Estos atributos de aroma y sabor ocurren gracias al territorio montañoso de Colombia, que cuenta con gran diversidad de microclimas. Todo lo que se cultiva ahí es de la especie arábica, incluidas las variedades Typica y Bourbon, se lava de forma tradicional y sólo hay una o dos cosechas al año. De hecho, el país sudamericano es el primer productor mundial de arábico lavado.
Variedades de café que debes conocer
En Colombia el café es una forma de vida. Dos millones de colombianos viven del café, lo que representa el 5% de la población. Esta nación tiene cultivadas 880 mil hectáreas con cafetales y unas 560 mil familias dependen de esta actividad. El promedio de hectáreas por productor es de 1.3.
Además de ser productores, los colombianos son asiduos consumidores. Aquí hasta los niños lo toman. Cerca del 20% de la producción de café es para consumo dentro del mismo país.
Son tres los factores que convierten a Colombia en un productor excepcional: su geografía, el proceso de cultivo y sus cualidades aromáticas.
Colombia tiene la geografía perfecta para cultivar café. El país se ubica cerca del Ecuador y sus montañas pueden alcanzar más de 2 mil metros sobre el nivel del mar. Las montañas de la Sierra Nevada de Santa Marta son de las cordilleras más altas del planeta, además de estar rodeado de la cordillera de los Andes.
Las altas precipitaciones, pero con la cantidad justa de luz solar, así el clima relativamente templado hacen que sea un país perfecto para desarrollar granos con distintos perfiles de sabor.
Rueda de sabores y aromas del café
En Colombia, el café se cultiva en laderas empinadas, bajo la sombra de árboles y plantas de plátano que protegen los cafetales y permiten una maduración más lenta que da como resultado más sabores y aromas.
Bajo estas condiciones, cada grano se cosecha a mano. Este proceso permite distinguir entre los granos verdes, los inmaduros, los demasiado maduros y las cerezas perfectas para un café ideal, lo que no lograría con esta precisión ninguna máquina.
La nación colombiana también se distingue porque todos sus cafés son procesados con el beneficio húmedo o lavado, el cual consiste en dejar el grano despulpado en fermentación, en grandes estanques de agua por varias horas para desprender el mucílago.
Hay dos tipos diferentes de granos de café: arábica y robusta. Colombia es uno de los únicos países que produce 100% de la variedad arábica. Los matices en taza cambian de acuerdo con las 22 regiones cafetaleras del país.
En la zona norte el café suele ser de acidez media y mucho cuerpo, con notas a chocolate y avellana. En el centro presenta acidez y cuerpo medio, con aromas que recuerdan a las frutas, mientras que en el sur se generan granos de acidez alta y cuerpo medio, con sabores a dulce y frutas cítricas.
Conoce más sobre el fascinante mundo del café en Primero Café