México ha creado sus propias versiones de platillos, inspirándose en la gastronomía internacional que ha llegado a estas tierras. Y un claro ejemplo es el arroz a la tumbada, nacido en Veracruz literalmente por un accidente. Sin una receta final previa, este platillo se hizo realidad. Y en la actualidad es considerada la versión mexicana de la paella, puesto que ambos platos tienen arroz y mariscos como protagonistas.
Por: Desiree Perea
El origen del arroz a la tumbada
Las buenas ideas a veces surgen en los momentos menos esperados y el llegar a esta receta es prueba de ello. A principios del siglo 20, las embarcaciones en salían del puerto de Veracruz, pasando largos periodos lejos de la tierra.
En una de estas misiones, uno de los tripulantes fue asignado para encargarse de la comida del día. Sin muchos ingredientes accesibles al momento, el arroz fue la elección, sin duda alguna. Y al estar en medio del mar, las proteínas que tenían al alcance eran los productos del mar.
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De esta manera, puso manos a la obra, pues tenía que comer el y toda la tripulación a bordo. Sin considerar medidas, el encargado sólo añadió los ingredientes a la olla en un orden específico. El arroz primero sofrito en manteca, después siguieron los sabores del mar, para darle un sabor intenso a la preparación. Finalmente añadió agua y lo dejó a fuego lento para la cocción completa de los ingredientes. La definición de ‘a la tumbada’ se entiende como algo que salió sin planearse, por ello se le atribuye con este nombre al platillo.
Paella Valenciana antes y ahora
Por otro lado, la paella es una receta originaria de la ciudad de Valencia en España, creada por campesinos. Ellos buscaban una receta sin mucho que pensar, dónde aprovecharan los ingredientes que les brindaba el campo. Al principio la paella prescindía de mariscos, exclusivamente se incluía carne, la cual podría ser conejo, pollo, pato o liebre. En cuanto a las verduras, era común ver chicharos, pimiento rojo, calabacín e incluso zanahoria y cebolla.
Cuando esta receta llegó a las zonas de la costa, fue donde se decidió añadir mariscos. Y aunque al principio esta idea no se aceptó por los creadores. Hoy en día esta receta brilla en todo España y restaurantes expertos en gastronomía de dicho país. Como tal, la paella es un platillo sin igual. Cada persona o lugar ha decidido agregar o cambiar ingredientes para crear su propia versión. Eso sí, se mantiene el color original amarillo, al utilizar uno de los ingredientes más codiciados en el mundo de la cocina, el azafrán.
¿Por qué no es igual que la paella?
En primer lugar y a simple vista, las primeras diferencias que pueden notarse son el color del arroz y la consistencia. La paella obtiene el color amarillo en los granos de arroz, gracias a el azafrán, mientras que el arroz a la tumbada es color rojo. Para este color se utiliza jitomate o bien caldo de camarón, logrando una tonalidad clara de dicho color. De igual manera, la paella es un platillo seco, no cuenta con ningún tipo de humedad debido a las proporciones, así como el tiempo de cocimiento de todos los ingredientes en un mismo lugar.
A diferencia de la receta creada en México, que se caracteriza por ser un arroz caldoso. Por más que los expertos digan que si el arroz tiene agua, entonces existen fallas en las medidas, en este caso no lo es. Sin duda es una característica que confirma que tienes al frente un auténtico arroz a la tumbada. A estas diferencias se añade la lista de verduras, pues el plato veracruzano no agrega verduras a su composición. ¿Habías escuchado sobre estos dos platillos y encontrado similitud entre ellos? No hay duda de que ambas recetas son únicas e imperdibles si visitar su ciudad de origen.
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