Más allá de un mural o un cuadro, el artista Pepe Niño no se conforma y busca siempre otros espacios para dejar su huella y plasmar a México en sus obras.
Por Sonia América.
Cualquier espacio es ideal para el arte de Pepe Niño, desde un cuadro hasta un mural o, incluso, tenis y prendas de ropa, tan es así que, hoy en día, tiene casi 90 chamarras con sus diseños, además de murales y cuadros repartidos entre México y Vancouver, Canadá, los cuales destacan por llevar siempre su apellido como sombra.
“La gente ya viene buscando eso, Pepe Niño es el que pinta con su apellido, dibuja pajaritos u otros animales, le fascina el corazón, porque tengo una obsesión con los corazones y, obviamente, a todo le meto la palabra Niño, juego mucho con mi apellido”, indicó el artista.
De lo industrial a lo gráfico
La carrera de Pepe Niño y sus primeros acercamientos con el diseño tuvieron lugar en San Luis Potosí, su tierra natal. Ahí comenzó a enfocarse en diseño industrial, al considerar que era el área donde tendría mayores oportunidades de trabajo, sin embargo, su idea cambió cuando las cosas no salieron como esperaba.
“Curiosamente no tuve la oportunidad de entrar en lo industrial y me frustré un poquito, a partir de ahí empezó la aventura. Salí de San Luis Potosí, lo dejé todo, incluyendo la carrera, que ya me había generado muchas deudas, y me fui a trabajar a Playa del Carmen”, contó Niño.
“Estuve como animador en el hotel Grand Sirenis Riviera Maya y, al poco tiempo, alguien se enteró que yo dibujaba, me pidieron que les diseñara los flyers de los shows, porque estaban muy viejos, los renové. Los directivos notaron que traía esa onda y me permitieron entrar al área de marketing, ahí me empapé un poquito del diseño gráfico”, agregó.
La aventura en Canadá
Después de un año y medio de trabajo, el artista mexicano decidió tramitar su visa para viajar a Vancouver, Canadá, donde estudió un diplomado en diseño gráfico que duró dos años y medio, a partir de ahí, todo empezó a tomar forma.
“Me gradué de ese diplomado y quedé ‘encarriladito’, comencé a dibujar diario, a invertir más en marcadores especiales, la gente me pedía más ilustraciones para tatuarse: Vancouver me empezó a conocer”, destacó.
Elementos mexicanos lo hacen triunfar en el extranjero
Las oportunidades no se hicieron esperar. Cerca del lugar donde vivía, en Vancouver, se encontraba Molli, un restaurante mexicano muy popular por su sazón, en el que Niño visualizó su mural en una de las paredes blancas.
“Los dueños eran una pareja mexicana, me acerqué a ellos y les pedí que me dieran chance de pintar algo. ‘Mira, en esa pared quedaría algo muy padre’, les dije, pero me dijeron que ya habían ido varios artistas a pedir lo mismo y no les convencían sus ideas, aún así estuvieron dispuestos a escucharme”, recordó el potosino.
“Fue todo un reto para mí, pero le di al clavo y lo pinté con los elementos que querían: las calaveras, flores mexicanas y, como Molli, en náhuatl, significa salsa, también le puse el molcajete y los chiles. Gracias a ese trabajo logré pintar más de 15 murales en el centro de Vancouver, casi en todos los restaurantes mexicanos estaba una obra mía”, compartió el artista.
Hasta ese momento, Niño trabajaba como mesero en un restaurante y el tiempo libre lo dedicaba a pintar, pero poco a poco llegaron más ofertas que le permitieron sobresalir y enfocarse de lleno al arte. Fue tal el éxito en Vancouver que, además, tuvo una importante aparición en el video publicitario de una reconocida marca internacional de hamburguesas.
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Arte sobre prendas
Pasó de hacer ilustraciones, a pintar cuadros y murales. Pronto la creatividad hizo de las suyas y, en un día de ocio, se aventuró a plasmar sus ideas sobre una chamarra, lo hizo con la pintura que le quedaba en casa.
“Le pinté toda la parte de atrás, quedó durísima, pero el resultado final fue bien padre, le gustó mucho a la gente y, entonces, ya no sólo me pedían ilustraciones, cuadros y murales, sino también chamarras. Ahorita ya voy por la chamarra 89 y puedo decir que, desde la primera hasta la más reciente, he evolucionado mucho”, dijo Niño.
México lo voltea a ver
El trabajo sobre prendas de ropa le ha dado oportunidad de acercarse también a famosos como el cantante Juan Solo, a quien le diseñó una chamarra con el título de su canción “Querido Corazón”, así como al actor Armando Hernández y a la modelo y presentadora Yudy Arias. En el ámbito editorial, importantes revistas como Playboy también han promovido su arte.
“Hace dos años, los directivos de la revista Playboy me dieron la oportunidad de hacerles un conejito, lo publicaron en la primera revista de arte, en su edición de febrero, y yo les regalé un cuadro con la misma obra, eso me dio mucha exhibición. Después de ahí estuve en Canadá, pero ya venía mucho más a México porque mi país me empezó a ver. Armando Hernández dio con mi Instagram, le pinté una chamarra y ahora tenemos pendiente hacer un mural en su casa”, contó.
Tras las ofertas que comenzaron a surgir, el artista decidió asentarse de nuevo en México y seguir con los retos, entre ellos impulsar su propia marca de ropa con una tienda online, así como crear una fundación para ayudar a niños y, por supuesto, continuar con los murales y todo lo relacionado al arte.
“Por el momento sigo trabajado en la marca de ropa, porque mi tirada es que las celebridades usen mis prendas. En cuanto a los murales, quiero que mis obras estén en todo el mundo. Recientemente pinté un Balam (Jaguar en maya) en Playa del Carmen y el reto es que a partir de ese, todos los murales tienen que ser igual o mejores porque ya es mi estilo, es más yo”, concluyó.
Para conocer más diseños del artista mexicano, visita su instagram @pepeninodesign