Las flores de calabaza son uno de nuestros ingredientes milperos favoritos. Son de un color que antoja a cualquiera, ligeras y, sobre todo, versátiles para cocinar.
Si tienes flores de calabaza a la mano, resguárdalas bien en tu refrigerador –dentro de una cubierta de papel absorbente y una bolsa ziploc, porque son muy delicadas– y empieza a imaginarte platillos en los que podrías utilizarlas.
Seguro con las recetas que te presentamos a continuación se te ocurrirán muchas cosas. ¡Manos a la obra!
Te podría interesar: Origen y beneficios de la flor de calabaza.
Sopa de guías
Es una preparación que se acostumbra mucho servir en los Valles y Mixteca del estado de Oaxaca. Algo que es muy significativo del platillo es que se elabora, literalmente, con los brotes jóvenes de los plantíos de calabaza, una vez que comienzan las lluvias.
Lleva propiamente las guías de calabaza, calabacitas tiernas, flores, elotes, hojas de chepiche y bolitas de masa con un hundimiento en el centro, llamadas chochoyotes. Todo esto se pone a hervir en caldo y se sirve con tortillas de maíz y salsas picantes con chiles de la región.
Rellenas de queso
Abre con mucho cuidado tus flores de calabaza y rellénalas con una mezcla de queso de cabra o quesillo, con cebollín y una pizca de pimienta. Luego pásalas por un cuenco lleno de harina o panko, y fríelas en un sartén o cazo pequeño.
Retíralas del fuego una vez que estén doradas y luego quítales el exceso de grasa con una servilleta absorbente.
Quesadillas
Consigue tortillas de buena calidad, precaliéntalas y rellénalas con una mezcla de quesillo y flores de calabaza enteras y sin el pedúnculo. Si quiere sabor extra, unas hojitas de epazote son buena opción.
Te recomendamos que esperes a que el queso gratine. Acompaña tus quesadillas con un poco de aguacate, frijoles de la olla y, claro, una salsa de chile de árbol o morita.
Te podría interesar: Tips para comprar y guardar flores comestibles.
Alambre vegetariano
Saca del refri tus quesos derretibles. Podrían ser mozzarella o, de nuevo, quesillo. Quítale todas las bases a tus flores de calabaza y corta granos de elote tierno. Pon a calentar en un sartén con teflón el queso y agrega los vegetales. Cuando empiece a gratinar, revuelve con una palita para que las flores y elotes estén en todo el alambre.
Sirve con tortillas de maíz o de harina calientes. Este platillo es ideal para un antojo nocturno o para un desayuno muy ganador.
Crema
Pon a hervir tres cuartas partes del total de tus flores con calabacitas tiernas, cortadas en rodajas. Una vez que ambas estén suaves, retíralas del fuego, escurre y licúa con un poco de crema y media crema. Reserva lo que te quedó de flores de calabaza secas.
Agrega la mezcla sobre una cacerola y ve añadiendo media crema, en caso de que la consistencia de tu receta lo amerite. Sazona al gusto y sirve con crutones al lado y unas flores enteras encima.