Hoy en día desperdiciar comida es casi un delito. Y aunque no lo creas, muchas veces esto ocurre porque no sabemos guardar los alimentos en el refrigerador.
Quizá en casa tengas muchos recipientes que sirvan perfecto. No obstante, nada como que empaques tu comida al vacío para que retrases todo lo posible el proceso de descomposición de lo que quieras guardar.
Existe la creencia generalizada que esto sólo se hace en los restaurantes, con máquinas que, además grandes, son costosas. Pero la verdad es que puedes lograr esto en casa, sin utilizar artefactos y en tan sólo unos minutos.
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A continuación te decimos cómo lograrlo.
Usa frascos de vidrio
Rellena los frascos con la comida que desees guardar y déjale al menos medio centímetro de espacio de la tapa metálica. Luego colócalos en el fondo de una cacerola. Agrega agua hasta taparlos, al menos tres centímetros por encima de sus tapas.
Pon a hervir el agua, al menos por tres minutos. Apaga el fuego y deja que se enfríen los recipientes. Una vez que puedas manipularlos haz la prueba de hundir el dedo en el centro de la tapa de cada uno de ellos. Si no se hunde, lo hiciste bien; si sí, mételos de nuevo a calentar hasta que lo logres.
Usa un depósito de agua
Para esto puedes utilizar bolsas de cierre hermético. Lo único que debes hacer es sumergirlas con la comida dentro en el depósito de agua y dejar que la sola presión del líquido haga lo suyo. De esta manera lograrás que todas las burbujas de aire desaparezcan. Únicamente procura cerrar perfectamente la bolsa.
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Jeringas especiales salvadoras
La otra opción que no falla es la de las jeringas especiales que succionan el aire dentro de las bolsas donde guardes tus alimentos. Cabe mencionar que se trata de empaques especiales que cuentan con una válvula especial.
Si quieres ordenar un kit con la jeringa y las bolsas, Amazon puede ser la solución. Nosotros probamos uno que no cuesta más de 450 pesos y que incluye 15 bolsas herméticas con certificación por la FDA de Estados Unidos, una jeringa de succión y pinzas para asegurar el doble cierre de los empaques.
Ahora que lo sabes, decide la opción que más se adapte a tus posibilidades. A partir de este momento, técnicamente, la comida ya no se te debería echar a perder.