Por: Mariana Rodríguez-Valenzuela / Fotos: Estudio Arechavala
El asador listo para el BBQ
La bufanda y el suéter están guardados, en Sidney la gente trae shorts y playeras holgadas. Es verano y la máxima de temperatura que augura la chica del clima para el 24 de diciembre es de 26ºC, con un promedio de humedad de 65 por ciento. Aunque hay muchas tradiciones inglesas conforme llegan grupos migrantes y su cultura, se agregan platos e ingredientes, un ejemplo de ello es la presencia de guacamole y hummus.
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En Navidad no se sirve una comida de rigurosa tradición, tampoco hay ningún sincretismo con la cultura indígena. Hace mucho calor, y aunque hay pavo y jamón horneado, los favoritos son el barbecue, las salchichas y camarones cocidos con salsa de cocktail y las ensaladas. Todo este festín se comparte el 25 a manera de lunch y no en la noche del 24 como todos acostumbran hacer.
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La parte dulce
Lo típico son el Eton Mess, el ideal para lidiar con la onda veraniega del país de los canguros, se trata de merengue crujiente, crema batida y una especie de coulis de fresa con mitades de la misma fruta.
Una segunda variante es el trifle que también sirven en una copa y agregan pan esponjoso ya sea de vainilla o de chocolate, además de almendras y queso mascarpone.
La estrella en la escena del postre es la Pavlova. Surgió en 1926, según se cuenta, cuando Anna Pavlova llegó para dar un par de funciones. Es un merengue muy ligero inspirado en la danza de los bailarines; va acompañado de crema, kiwi, fresas y maracuyá. Esto es solo una leyenda, pues el origen de dicho postre lo disputan los australianos y los neozelandeses.