El día de hoy el mundo se despide de Aretha Franklin, una de las influencias más poderosas en la historia de la música. Sin embargo, ésa no fue la única área transformada por Franklin: esta cantante legendaria fue también una fuerza notable en la gastronomía.
Por Michelle López – @Mich_Lv
La reina del soul era también una apasionada de la cocina, y no se conformó sólo con disfrutar los platillos: era una gran cocinera que compartió sus recetas con el mundo entero. Originalmente fan de las hamburguesas y la comida rápida, con el tiempo Franklin optó por buscar opciones más saludables y libres de químicos, y empezó a respaldar un estilo de vida en el que la comida era planeada y preparada con mayor cuidado desde la intimidad de la casa.
Para la cantante lo fundamental eran los sabores caseros que transportaran al comensal de vuelta a su hogar aunque se encontrara lejos, por ello favorecía recetas sencillas pero llenas de calidez: pudín de plátano, helado hecho en casa, camarones en salsa de mantequilla y costillitas, que describió a su biógrafo Mark Bego como sus favoritas.
Uno de sus platos más famosos es la tarta de durazno, que se puede preparar fácilmente incluso utilizando duraznos de lata y masa refrigerada, aunque algunos de sus seguidores prefieren utilizar ingredientes 100% naturales. Esta tarta lleva además mantequilla sin sal, canela, nuez moscada y se remata con una bola de helado de vainilla.
Otro de los clásicos culinarios de la cantante es el jamón con piña: una pieza entera de jamón a la que se añaden cerezas maraschino, piña, azúcar morena y mostaza amarilla. También compartió la receta de su Pollo Italiano, cuyo secreto está en la salsa de tomate y el aliño de romero.
Franklin incluso planeó su propia línea de alimentos, enfocada al comfort food, con la que pensaba hacer competencia a la también cantante y cocinera Patti LaBelle.
Aunque hoy concluye un ciclo para Aretha Franklin, no cabe duda de que seguirá viviendo en su música y en su profundo amor por la felicidad.