El helado es un postre popular que tiene variaciones únicas en cada rincón del mundo. Aunque la base de este postre suele ser similar —ingredientes congelados y sabores dulces—, las técnicas, los insumos y las tradiciones locales han dado lugar a versiones distintivas. A continuación, exploramos ocho tipos de helados icónicos de diferentes culturas.
¿Por qué tanto furor por los helados?
Porque son deliciosos, versátiles y nos recuerdan a nuestra infancia. Los helados son verdaderamente un ancla culinaria que nos regresa en el tiempo. A lo largo y ancho del mundo hay muchas expresiones de ellos. Estas son solo algunas de las más importantes.
1. Sándwich de helado (Estados Unidos)
El sándwich de helado es un clásico en Estados Unidos, caracterizado por una capa de helado suave entre dos galletas o capas de bizcocho. Su popularidad radica en su simplicidad y portabilidad, convirtiéndolo en un favorito para los días calurosos. Los sabores más comunes incluyen vainilla, chocolate y fresa, aunque las opciones modernas incluyen combinaciones más innovadoras como galletas de chispas de chocolate con helado de menta.
2. Dondurma (Turquía)
El dondurma es el helado tradicional de Turquía, conocido por su textura elástica y su resistencia al derretimiento. Esto se debe al uso de dos ingredientes especiales: salep (un polvo derivado de tubérculos de orquídea) y mastique (una resina aromática). Este helado suele servirse en mercados y ferias, donde los vendedores realizan espectáculos manipulándolo con largas espátulas.
Te podría interesar: Las nieves, los neveros y la historia de este postre en México.
3. Sorbetes (Filipinas)
En Filipinas, los sorbetes son helados locales que se diferencian por el uso de leche de coco o carabao (búfala de agua), en lugar de leche de vaca. Conocido como el “helado sucio” debido a su venta en carritos callejeros, este postre se sirve en conos o pan de monay (un tipo de pan dulce filipino). Los sabores tradicionales incluyen ube (ñame morado), mango y queso.
4. I-Tim-Pad (Tailandia)
El I-Tim-Pad o helado tailandés es conocido por su método de preparación en una plancha fría. Una mezcla líquida de helado se extiende sobre la plancha y se congela rápidamente antes de ser enrollada en pequeñas espirales. Este helado se sirve en un vaso con toppings que van desde frutas frescas hasta galletas y jarabes, ofreciendo una experiencia visual y gustativa única.
5. Mochi (Japón)
El mochi helado combina la suavidad del mochi, una masa de arroz glutinoso, con el frescor del helado. Este postre japonés ofrece una textura única y sabores variados como té verde, fresa y vainilla. Su tamaño pequeño y forma redonda lo hacen un bocadillo fácil de comer y muy popular en todo el mundo.
Te podría interesar: Conoce estos helado kéfir en Cancún.
6. Paletas (México)
Las paletas mexicanas son un tipo de helado en palito que puede ser de agua o de leche. Son famosas por sus sabores intensos, que incluyen frutas frescas como mango, tamarindo o limón, y combinaciones más complejas como fresas con crema o arroz con leche. Las paleterías son un símbolo cultural en México, ofreciendo una amplia variedad de opciones.
7. Gelato (Italia)
El gelato italiano se caracteriza por su menor contenido de grasa y aire en comparación con el helado tradicional. Esto le otorga una textura más densa y un sabor más pronunciado. Se elabora a partir de leche, azúcar y sabores naturales como pistacho, avellana o chocolate. En Italia, el gelato se disfruta como un arte, con gelaterías que ofrecen presentaciones cuidadas y frescura garantizada.
8. Helado frito (China)
El helado frito es una especialidad que combina temperaturas extremas. Una bola de helado se cubre con una capa de masa o pan rallado y se fríe rápidamente en aceite caliente. El resultado es un contraste de texturas: un exterior crujiente y un interior frío y cremoso. Este postre es popular en festivales y restaurantes chinos alrededor del mundo.
Desde el dondurma turco hasta las paletas mexicanas, cada tipo de helado refleja la creatividad y tradición de su cultura. Estos postres ofrecen no solo una experiencia refrescante, sino también un viaje sensorial a través de sabores y texturas únicos.
