Crujiente y lleno de sabor, no todos pueden presumir dominar esta técnica de cocción. Por más sencilla que puede parecer, freír tiene puntos clave para poder presumir un buen resultado. Con un gran universo por explorar, lo convierten en una herramienta esencial para cualquier cocinero. Un capítulo se agrega a nuestra serie de Academia Gourmet, esta vez, centrándose en la magia la fritura profunda.
Por: Desiree Perea
¿Por qué decirle que sí a freír como método de cocción?
Con el conocimiento y las técnicas adecuadas, freír puede ser una experiencia culinaria deliciosa y segura. Este método consiste en sumergir un alimento en aceite caliente hasta que se cocine por completo. Logrando un dorado perfecto en la capa exterior. . El calor del aceite cocina el interior del alimento. Mientras que la superficie se vuelve crujiente y dorada. Esta técnica permite obtener una gran variedad de texturas y sabores. Que además, no es exclusiva de la cocina salada.
Es posible freír desde carnes, vegetales, mariscos, hongos y frutas. Existe un miedo recurrente al trabajar con aceite caliente. Sin embargo, vale la pena eliminar la mala reputación de la fritura. Pues es una manera de lograr platillos donde la textura lo es todo. Lo importante es mantener una temperatura constante, para asegurar una cocción uniforme.
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El método de cocción de freír se divide en dos etapas. Primero comienza con el blanqueado, que logrará que los ingredientes se cocinen a nivel interno. Esto tiene gran importancia sobretodo cuando estamos cocinando carnes o mariscos. Posteriormente se terminan los ingredientes. Aquí se logra la parte crujiente que se identifica a la primera mordida.
Es posible elegir entre diferentes opciones de aceites o grasa para freír. Únicamente debes tomar en cuenta que se requiere de una temperatura mínima de 180 grados para la ultima parte del proceso. Así se logra un termino crujiente, además del color dorado característico que logra atrapar a más de uno. Toma en cuenta que debes siempre utilizar aceites frescos. Regular a temperatura ayuda a que no se queme, de lo contrario, deberás desecharlo.
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Puntos que marcan la diferencia
Además de la temperatura del elemento graso para la freír, otros factores también se involucran para lograr el término y textura correctos. Por ejemplo, toma en cuenta el tamaño de las porciones. Si una pieza es muy gruesa, requiere de mayor tiempo de cocción. Aquí es importante poner atención, sobretodo si estamos utilizando pollo o cerdo. Pues este tipo de carnes no deben consumirse crudas. Asimismo, caso de utilizar una mezcla con huevo, también debemos asegurar una cocción uniforme al interior.
Para mantener la temperatura ideal, lo mejor es ayudarse de un termómetro. Para así poder monitorearla en todo momento. El aceite debe estar en el punto una vez que se van a añadir los ingredientes para freír. Si está frío, los alimentos tienden a absorber mayor cantidad de aceite, eliminando por completo la textura crujiente. También debes asegurarte de que la cantidad sea la suficiente. Los elementos deben flotar y tener cierto espacio para moverse para no pegarse entre sí.
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Finalmente, no olvides escurrir las piezas para retirar el exceso de grasa. Lo más recomendable es colocar los ingredientes sobre papel absorbente de manera inmediata. Freír es una alternativa popular dentro de los métodos de cocción. El dominio del aceite a una temperatura alta, logra resultados realmente gratificantes. Con productos donde el color y la textura marcan la diferencia. E incluso, pueden demostrar si se ha logrado o no una fritura adecuada. Ahora que conoces sus generalidades, puedes aplicarlo en casa para preparar platos principales, botanas y hasta postres.