El maíz y el frijol son dos ingredientes indispensables en las cocinas de México y Colombia, sin importar regiones o clases sociales.
El maíz y el frijol son dos ingredientes indispensables en las cocinas de México y Colombia, sin importar regiones o clases sociales.
Por Roxana Zepeda. @TastyToursMX
Existen muchas formas de integrar estos elementos en diversos platillos de ambas gastronomías. Desde los más sencillos hasta los platos más complejos, son ingredientes siempre presentes en las mesas y la base de la alimentación.
Para México el frijol fue un elemento para rendir tributo y se utilizó también como moneda de cambio en la época prehispánica, tal como otros ingredientes como chile, maíz, cacao y chile. El frijol compartió espacio en cultivos de milpa, por lo que creció con el maíz, la calabaza y los chiles. Por ello, desde entonces el frijol forma parte de la gastronomía y la cocina del día a día.
En tanto, el maíz ha sido un elemento que trasciende más allá de la alimentación material, pues se le atribuyen propiedades espirituales por parte de nuestros ancestros. Cada milpa es un ecosistema completo, pues crece con varios cultivos y une a comunidades enteras de diversos sectores sociales en su proceso.
La experiencia inspirada en Alicia en el país de las maravillas
Para los colombianos, tanto el maíz como el frijol son elementos nativos y criollos que se consideran patrimonio cultural inmaterial. Son parte de las actividades agrícolas ancestrales que crearon las bases tradicionales de la cocina colombiana en todos sus espectros, desde comunidades indígenas, hasta mestizas o afroamericanas.
Con el maíz y el frijol se elaboran arepas, empanadas, postres, dulces y sopas. Además, estos ingredientes tienen sus propias fiestas en lugares como Antioquia.
En el marco de las festividades para conmemorar la amistad entre repúblicas hermanas, la chef mexicana Graciela Montaño de Aura Cocina Mexicana y el chef colombiano Jorge Jiménez de La Beautiful Cocina Inusual, presentan el Encuentro Gastronómico entre México y Colombia. Un espacio en el que, a través de la cocina, se complementan y enriquecen arraigados valores culturales de cada país.
La experiencia gastronómica es a través de un menú de degustación inspirado en los alebrijes de la milpa, una tierra imaginaria y prometida. Comprende, desde los desiertos de agaves de los territorios del norte, hasta los vientos del sur del Amazonas y los Andes, el cual es una analogía a las tierras, costumbres, historias e idiosincrasias de ambas naciones en conjunto.
En el reino de la milpa viven siete alebrijes, y cada uno trae consigo la presentación de un plato, que, bien sea por sabor, color, percepción o narrativa, nos recuerdan la amistad y la unión de ambas repúblicas. Está justificada por los 200 años de relaciones bilaterales que se dio inició cuando Colombia fue el primer país en reconocer la independencia de México.
El menú promueve el uso de ingredientes colombianos y locales, vino mexicano y destilados de origen, así como el uso de barro aprobado sin plomo.
Colombia en la chinampa, una experiencia culinaria extraordinaria
El primer tiempo se llama “León de Agave”, es un coctel para recibir a los invitados, hecho a base de mezcal con agaves de Matatlán, gulupa colombiana (una especie de pasiflora), tamarindo y escarchado con sal de gusano de maguey.
El segundo tiempo es “Cóndor Pegaso”, se trata de un pozole de la milpa hecho con chile guajillo, maíz cacahuazintle, frijol calabaza, rabanitos, lechugas y orégano mexicano.
El tercer tiempo es “Pez Papagayo”, un aguachile de huachinango con salsa de aguacate y acompañado de patacón pisao colombiano.
El cuarto tiempo es “Perro Mono”, una enchilada de maíz azul rellena de chicharrón en salsa verde y roja emborrachada con Ron Viejo de Caldas, Colombia.
El quinto tiempo es “Axolote Dragón”, un limpia paladar de nieve de lulo, flor de Jamaica, tostón y un grano de café de Aranzazu.
El sexto tiempo es “Cerdo Conejo”, una cochinita pibil preparada en cocción lenta con flor de azahar y envuelta en hoja de té de limón (limonaria), acompañada de una arepa de maíz blanco.
El séptimo tiempo es “Colibrí Cempasúchil”, una esfera de pollo frita rellena de quesillo sobre mole rojo oaxaqueño.
Por último, el octavo tiempo, el postre, es la “Hormiga Catrina”, es un helado de atole champurrado servido sobre tierra de cacao en una hoja de maíz acompañado con hoja santa seca y coronado con un dulce caramelo con hormigas amazónicas y chicatanas.
Este menú estará disponible al público de ambos países a partir del viernes 19 de noviembre, bajo previa reserva de grupos privados en las instalaciones de Aura Cocina Mexicana en Ciudad de México, y de La Beautiful Cocina Inusual en Manizales, Colombia.
www.labeautiful.co / www.auramexcooking.com