A Polanco acaba de llegar Tartare Cantine: un pequeño bistró, estilo parisino, con una terraza que transporta a las calles del Quartier Latin a orillas del Sena
Por: Amilcar Olivares (@amilcaracol)
Tengo una debilidad por la buena cocina francesa, y otra debilidad aun mayor por los “bistró”, esos lugares pequeños que frecuentemente cambian su carta y que sorprenden a sus comensales con algún nuevo y complejo platillo. La cocina francesa inmediatamente me da esa nostalgia de las buenas discusiones, de una buena charla acompañada de queso, pan y vino.
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Manuel Vincent, el gran escritor español, escribía hace poco, en El País: “¿Se puede ser un intelectual en Francia sin entender de quesos y de vinos? En cualquier película francesa se produce siempre la inevitable secuencia de una discusión de sobremesa en la que los actores se enredan en cualquier tema profundamente insustancial ante una botella de vino con una copa en la mano, porque los franceses tienen la virtud de todo hacerlo literatura: el amor, la filosofía, el vino, la cocina, el sexo, la política”.
Por ello, hay que celebrar, con esas imágenes que nos da la literatura y el cine francés, que a Polanco acaba de llegar Tartare Cantine: un pequeño bistró, estilo parisino, con una terraza que transporta a las calles del Quartier Latin a orillas del Sena.
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Su carta es pequeña, precisa y tiene los platillos esenciales de la cocina francesa. Desde luego, vale probar sus platos insignia: el tartare de res y el de salmón: el primero, acompañado de aceite perfumado, alcaparras y huevo de codorniz, como marcan las reglas; el segundo una delicia con notas cítricas.
Como buen francés, el pan es punto y aparte, lo hacen in-house todos los días y es ideal para acompañar una tabla de quesos o sopearlo en la deliciosa mantequilla de sus escargots a la bourguignonne. Incluso para acompañar las cucharadas de su espectacular sopa de cebolla.
Además, destaca también su oferta de vinos, con una carta bien seleccionada. Pero, lo que más se celebra, es que puedes pedir un legendario vino Chateau Laffitte, por copeo. Sí, leíste bien: Chateau Laffitte por copa, ideal para acompañar su risotto de trufa negra o su pato.
Para sentirte aún más en una calle parisina, te recomendamos pedir mesa en su confortable terraza y, así, entre copas de vino y los sabores que el chef, Eduardo Padilla Cotê, impregna a cada plato, producto de su amplia experiencia en Europa, disfrutar auténtica cocina francesa en un ambiente chic y sofisticado que te remitirá a la literatura y al cine de ese país que tanto nos enamora.