Oxa es el nuevo restaurante de la chef Ana Martorell, en el que deleita a sus comensales con creaciones mexicanas, inspiradas en nuestros conocimientos culinarios que datan de tiempos prehispánicos. Fuimos a conocerlo al sur de la CDMX y esto fue lo que descubrimos entre sus paredes tapizadas de artesanías.
Por Isis Malherbe
El nuevo secreto mejor guardado de la CDMX
El restaurante Oxa se encuentra en una casona del siglo XVIII, ubicada en Plaza San Jacinto de San Ángel. Esta zona de la CDMX es conocida por su vibrante escena artística y su oferta culinaria que cada vez se vuelve más interesante.
Ahí mismo se lleva a cabo el emblemático ‘bazar del sábado’, en el que se puede adquirir arte y accesorios. El patio conserva una fuente y un árbol que le da vida a la estancia, donde se encuentran las mesas que conforman Oxa.
Algo importante del restaurante es que honra la cultura mexicana a través de la exposición de artesanías de varias partes del país. Así se encuentran lo mismo textiles y accesorios en piedra, barro y cobre, que talavera, barro negro y un mobiliario tejido con bejuco, que remonta al tiempo de las haciendas mexicanas.
La chef y autora de los libros ‘De negro a rosa’ y ‘La verdad a través del mole’, Ana Martorrell, nos platicó sobre el reto de emprender un restaurante que tiene como propósito impulsar la gastronomía mexicana.
Oxa, el restaurante ‘rosa’
La palabra ‘oxa’ proviene del otomí y significa “rosa”. Esto, de acuerdo con Martorell, simboliza fuerza e ilusión, positivismo y alegría. Es un color vibrante que llama siempre la atención y que, además, habla mucho de la fuerza cultura y la energía siempre vibrante de la cocina mexicana.
Para muchos mexicanos que viven en el sur de la ciudad de México, el bazar del sábado siempre ha sido un referente. Tiene historia, arquitectura con gran pasado y ahora una gastronomía que cada vez convence a más personas a ir a dicha zona de la CDMX.
Martorell cuenta que el edificio que aloja al restaurante es Patrimonio Cultural por el INAH. Es por eso que de su estructura nada se cambió. Lo único que se le agregó fueron jardineras, sillas y mesas. Todo lo demás permanece intacto y está bien que así sea. Le da una bella única.
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¿Qué distingue a Oxxa de otros restaurantes?
La cocina del lugar es abierta y permite ver los utensilios que Martorell y su equipo de cocina utilizan a diario. Si pones atención mientras esperas por tus alimentos y bebidas, podrás identificar ahí comales, metates y molcajetes de diferentes tipos.
La chef es una mujer que rompe esquemas, alegre, brillante. Se nota su fascinación por el folklore de México.
“La cocina de México es una de las mejores del mundo, tiene magia, historia y la voz de muchas generaciones. Me gusta preservar las tradiciones culinarias de más de mil años y adaptarlas a la cocina moderna”, asegura.
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Los más deseados de los comensales
Sin duda, el taco de lechón, la infladita de escamoles, el salmón con costra de pistache, los espárragos al mole blanco de Puebla, el mole rosa de Taxco y el coloradito de Oaxaca. Llega hasta el postre y prueba el fondant tibio de chocolate cocido en una maceta de barro, el merengue de tortilla con crema de vainilla de Papantla, los tacos dorados de caramelo y las milhojas de maíz con mango.
El menú del restaurante se divide en siete apartados. Lee con cuidado lo que ofrecen como entradas para compartir, los platos principales, los postres, la carta de vinos, la propuesta de coctelería. Todo. En cualquier apartado estamos seguros que encontrarás algo que te llamará la atención.
Al final, cuando reflexiones sobre la experiencia, te darás cuenta que la propuesta es de cocina tradicional mexicana con toques de internacional.
Martorell asegura que algo que le llama mucho la atención sobre la escena gastronómica actual en México es que el papel de los chefs ha cambiado. Y, claro, esto ha sido para bien.
“Si antes estábamos guardados en la cocina, con los años eso ha cambiado y ahora hemos logrado tener un papel importante en los restaurantes. Se nos ha dado más reconocimiento y eso es bonito, ya que el plato es el lienzo para crear tu obra de arte en la comida.”
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Dónde: Plaza San Jacinto 11, San Ángel.
