“No se puede vivir de verdad en un país a menos que tenga una cerveza y una aerolínea. Ayuda si hay un equipo de fútbol o armas nucleares, pero lo mínimo que se necesita es tener una cerveza”, esta frase del mítico músico Franck Zappa, es una perfecto inicio para platicar de este restaurante que nos sorprendió recientemente: Cervecería Polanquito.
Por: Amilcar Olivares
Si bien las Cervecerías de Barrio (la cadena hermana de este lugar), son cumplidoras y tienen platos icónicos como sus “tostadas de atún” con su muy memorable alioli y poro frito, estos restaurantes son más concebidos para el pre-copeo que para ir a una cena.
Sin embargo, la Cervecería Polanquito, rompe con este paradigma, pues está planeado para ser el concepto Premium de esta cadena. El interiorismo está cuidadosamente detallado, con enredaderas que escalan por las paredes de techos altos y espacios amplios, muebles contemporáneos, salones y una terraza, dentro de una antigua casona de mediados del siglo XX, muy representativa de la arquitectura aristocrática de la zona.
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Foto: Cervecería Polanquito
La cocina a cargo del chef Alfredo Olalde, se caracteriza por el uso productos artesanales, frescos, donde predominan los pescados y mariscos que llegan diariamente desde Ensenada y que son cocinados a las brasas o servidos frescos directos de la barra fría que exhibe y antoja.
Se han vuelto insignia los ostiones gratinados con queso parmesano, además del mix de tostadas de camarón, callo garra de león y salpicón de pulpo, esta última servida con balas de frijol y un toque de orégano.
Otros imperdibles son el pargo a la talla, mitad con salsa de perejil y mitad salsa de chile guajillo; y los tacos de carnitas de pato cuya suavidad te cautivará. También cuentan con cortes prime americanos y una extensa carta de cervezas artesanales y cocteles signature.
Foto: Cervecería Polanquito
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El postre es punto y aparte, una “Sorpresa de chocolate”, preparada con una base de pastel tres leches con una bola de vainilla, que se rodean por una cúpula de chocolate, decorada con frutos rojos y que es bañada con una salsa de cacao y un toque de Baileys que resulta en una explosión de sabores sorprendentes.
Además, resaltan un detalle que muchos restaurantes han olvidado: la importancia de un jefe de sala o gerente que se distinga por su buen servicio, y este logar lo ha cuidado mucho Víctor Hugo Andrade, quien verdaderamente hace sentir confortables a los comensales.
Por todas estas razones, es que la Cervecería Polanquito nos sorprendió verdaderamente y los invitamos a dejarse sorprender también.
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