1. Tonkotsu

2. Shoyu

3. Miso

4. Shio

El ramen es mucho más que fideos en un tazón. A simple vista, puede parecer simplemente fideos cocinados en un caldo profundo; sin embargo, hoy es considerado una obra de arte culinario. Detrás de cada plato, se busca el balance perfecto de texturas, sabores y aromas. Si bien los fideos y los toppings son vitales, el verdadero corazón es su caldo. Se conocen distintas recetas donde los caldos para ramen marcan la diferencia.
Abrirle paso a un buen caldo base no es tarea sencilla, por lo que sus diferencias no deben tomarse a la ligera. En esta nota, te contamos sobre la anatomía de los 4 tipos de ramen que se reconocen dentro de la inmensa cocina asiática.
Por: Desiree Perea
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La cocina japonesa se mantiene en tendencia en distintas partes del mundo. Más allá del sushi, el ramen ha cobrado gran popularidad por la complejidad detrás de su preparación. Las 4 grandes categorías reconocidas se diferencian gracias a los caldos base donde se concentra todo el sabor. Si bien los acompañamientos también juegan un papel importante en el resultado final, es importante señalar que si no se tiene una base contundente, no hay forma de servir un buen ramen.
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Cada uno de los caldos de ramen exige gran atención al detalle y sobretodo, paciencia. No hay forma de acelerar el proceso, la cocción lenta y prolongada es parte de la magia de un líquido profundo e intenso. Una vez listo, los fideos deben cocinarse a la perfección para lograr una textura perfecta.
Señalar las diferencias entre los caldos de ramen no significa que uno sea mejor que otro. Cada uno presume características únicas que hoy, respaldan el legado culinario de Japón. Así, el ramen se ha convertido en una preparación histórica que no es fácil de presumir; son muchos elementos involucrados para poder servir un plato con buena intensidad aromática y gustativa.