1. Calaveritas de azúcar
2. Tejocote en dulce
3. Calabaza en tacha
4. Pan de muerto
Estamos a pocos días de recibir a una de las celebraciones más importantes de México: el Día de Muertos. Lo que podría parecer como una celebración llena de tristeza, se transforma en una fiesta que combina recuerdos y nostalgia. Las ofrendas son una parte fundamental de esta tradición. Es una forma de rendir homenaje a los que ya no están, y además de los guisados y las bebidas, los postres tradicionales se han ganado un lugar especial.
Por: Desiree Perea
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Antes de hablar de los postres tradicionales, vale la pena mencionar por qué el dulce es tan importante en la tradición del Día de Muertos. En el México prehispánico, la muerte no se concebía como un final, sino como una transición hacia otro plano. Los alimentos ofrecidos a los difuntos eran una forma de ayudarlos en su viaje, de demostrar afecto y de compartir los frutos de la tierra.
En este contexto, la parte de los alimentos juega un papel crucial para externar que esas personas siguen presentes en nuestras vidas. Dentro de la amplia oferta, los postres tradicionales se consideran parte importante dentro del montaje de las ofrendas. Aunque se comparten ciertos elementos, todos estos altares son completamente diferentes. ¿La razón? Simple, cada familia mantiene sus propias costumbres.

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Se puede colocar el mismo platillo, pero el sazón cambia por completo y eso es precisamente parte de la magia de las ofrendas en México. En esta ocasión, nos centraremos por completo en los postres tradicionales. Y es que, qué seria de un festín gastronómico sin un buen cierre dulce. Resistirse a ellos es prácticamente imposible, por lo que no pueden quedarse fuera de estas construcciones.