Al ser un hotel boutique de sólo 21 habitaciones, con un concepto en el que la cercanía y el contacto humano son la clave, aplicar los protocolos de sanidad e higiene requiere otras medidas. Por eso, nos interesaba mucho conocer cómo opera en la nueva normalidad una propiedad como Pug Seal: una más íntima y pequeña que, en cierto sentido, tiene un sabor a casa, a hogar.
A mi llegada a Pug Seal Edgar Allan Poe, en el corazón de Polanco, me tomaron la temperatura y me puse gel desinfectante en las manos. Me recibió Eduardo Cárdenas, encargado de las operaciones de Grupo Pug Seal, quien me dio un recorrido por toda la propiedad. En efecto, la impactante y bien cuidada propuesta de interiorismo, repleta de obras de arte, salas y rincones por doquier, te hace sentir como en casa. Es imposible no detenerse a observar un cuadro por aquí, una escultura por allá, las cabezas de Quetzalcóatl como homenaje a la deidad en la que se inspira la propiedad o el espejo con luces multicolor interactivas que, dice Eduardo, “es el corazón del hotel, que late sin cesar”.
Más que prisa, uno desea admirar cada pieza y objeto con calma; e incluso, sentarse en alguna sala y vivir un momento de relajación. En ese sentido, Pug Seal cumple con su cometido. De ahí que los cambios en el protocolo que han implementado son importantes, sí; necesarios, también; más nunca intrusivos. “Estamos muy comprometidos con la seguridad del staff y de los huéspedes. Pero buscamos un punto en el que todas estas medidas no se contrapongan con nuestro concepto y la idea de que ésta es la casa de quien nos viene a visitar. No queremos perder la calidez en nuestro servicio”, me comparte Eduardo.
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Check-in en Pug Seal
A la llegada, se sanitiza el equipaje del huésped. Y durante el registro, se implementó un sistema muy sencillo y rápido, que garantiza un cero contacto entre el inkeeper y el huésped, y el cual no toma más de tres minutos. “Todo se hace mediante charolas para depositar la identificación, la tarjeta de crédito y las llaves de la habitación, para evitar pasar objetos de mano a mano. Y al firmar la hoja de reserva, el huésped puede utilizar bolígrafos que no han sido tocados por nadie. Todo se va sanitizando. Es un proceso muy rápido para reducir la interacción física con los huéspedes sin perder calidez”.
Yo lo probé y en verdad es muy veloz, eficiente y, en efecto, cálido. No hay separadores acrílicos, es un trato más directo, con todas las medias de higiene. En el caso como un hotel boutique como Pug Seal, con poco aforo, es posible.
Protección y sana distancia
Por supuesto, el staff trae su equipo de protección -cubre bocas y guantes- en todo momento. Y el huésped debe portar cubrebocas en áreas comunes. Aunque cabe destacar que esta propiedad -al igual que todas las de Grupo Pug Seal- cuenta con espacios públicos y privados tanto en interiores como al aire libre, que ofrecen una total privacidad. Algunas habitaciones tienen terraza o balcón, y existen muchos jardines, terrazas, salas y rincones, que además de confortables, cálidos y relajantes, respetan la privacidad porque están muy bien diseñados, con separaciones naturales entre sí. Por eso, puedes sentirte como en casa. Ademas de que sólo huéspedes e invitados, si los hubiere, tienen acceso a la propiedad, por lo que realmente es un espacio controlado y muy seguro.
Incluso, Pug Seal implementó un esquema en el que ciertas personas del staff permanecen varios días viviendo dentro del hotel, para minimizar riesgos por el traslado, el transporte público y demás. Este esquema permite seguridad para ambas partes y genera tranquilidad para los huéspedes, porque no hay gente que está entrando y saliendo. “Permanecen alrededor de una semana dentro del hotel. Cumplen con su turno y tienen tiempo libre, normal, pero se quedan aquí en la propiedad. Y se van turnando”, platica el director de operaciones, sobre una idea que me parece fantástica.
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Sanitización
Eduardo me comparte que el cambio más notable tiene que ver con los productos de limpieza que están utilizando tanto en habitaciones como en áreas comunes. Pertenecen a Ecolab, marca con la que ya trabajaban, pero ahora usan productos específicos para la eliminación del COVID-19. “Y estamos por recibir máquinas que emiten ozono y que se usarán antes de que las chicas entren a hacer la limpieza y al final, para garantizar que la habitación queda 100% sanitizada y ya nadie más entra, hasta que llega el huésped”.
Por lo mismo de que nadie puede entrar a las habitaciones, la charola con el room service se queda afuera en una mesita, y el huésped es quien debe meterla y sacarla de su cuarto.
En las habitaciones tienen algunos libros, entre ellos un libro de la casa, y materiales de consulta. Están pensando eliminarlas, y ya están trabajando en una aplicación para códigos QR -Mundo Pug Seal- en donde vendrán los menús de room service, la información del hotel y del grupo, la guía de artistas y de obras exhibidas en las propiedades y demás. Por el momento sí puedes encontrar materiales físicos en el cuarto los cuales, claro, se sanitizan por completo.
El desayuno
Cada hotel Pug Seal tiene un menú especial diseñado para su personalidad; es algo que caracteriza a estas propiedades y uno de los highlights del servicio. Antes, era común ir a desayunar al comedor, que se convertía en un espacio de reunión para huéspedes y staff por la mañana. Hoy, opera con el 30% de lugares disponibles -dos de seis mesas, en el caso de Pug Seal Edgar Allan Poe-. Y se eliminó la barra de buffet. “La alternativa que estamos ofreciendo a los huéspedes es el desayuno en su habitación. No sacrificamos sabor ni calidad, estamos cuidando mucho la preparación de los alimentos. Esto llega en una charola muy bien montada, personalizada. No viene en plásticos, porque se contrapone con el concepto. Y durante las tardes y noches estamos trabajando con Dante, que nos da servicio de room service”, comenta Eduardo.
Tuve oportunidad de ver un desayuno, y ciertamente viene presentado en una charola muy linda, y con mucho esmero.
Otra idea que me parece muy acertada, es que Pug Seal tiene una colaboración con Volvo, y cuenta con unidades para transportar huéspedes a donde lo necesiten, especialmente desde y hacia al aeropuerto. Un detalle que, sin duda, brinda toda la seguridad a sus usuarios.
Así es la experiencia de la nueva normalidad que puedes esperar en un hotel boutique de alta gama, con un concepto de hospitalidad personalizada y cercana, como el que ofrece Grupo Pug Seal, que forma parte de Tesoros de México. Es una opción de hospedaje más íntima y, sobre todo, con mucho calor de hogar.
Dónde: Pug Seal. Edgar Allan Poe 90, Polanco, CDMX. Teléfono: (55) 7572-1142. Más información de los hoteles boutique de Grupo Pug Seal en el sitio web oficial.
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