Quien admira la obra de Pierre Fudarylí, no queda indiferente. Pensamientos, recuerdos y reflexiones pasan por la mente al confrontar las imágenes que el artista nacido en Quintana Roo crea con su cámara y herramientas digitales. Cuerpos reconstruidos que exploran una realidad alterna. Humanos quiméricos que transmiten asombro, incredulidad, paz o, incluso, repulsión. Una imagen que nos lleva a indagar en lo más profundo de su creador y en nuestras propias emociones.
Motivada por la curiosidad de conocer a la mente genial detrás de estas fotografías, mantuve una larga plática con Pierre Fudarylí, quien me compartió su historia, sus pasiones y los detalles detrás de su proceso creativo.
Pierre me comparte que desde niño conoció a los grandes artistas de la pintura, a través de revistas que su padre leía. Rembrandt, Caravaggio, Arcimboldo, Dalí, Da Vinci… se convirtieron en sus referentes y maestros. “Trato de compararme con esos grandes, y si les rozo aunque sea poquito en su genialidad, ahí la llevo. De eso se trata para mí. Siento que entre más referencias adquieres en la vida, menos te pareces a ellas. Pienso que estoy componiendo bajo esos discursos tradicionales de los grandes maestros de la pintura, pero con una técnica nueva y propia. Con la fotografía, el Photoshop, el 3D y más”.
Su carrera como artista comenzó por accidente, me revela. “Realmente yo pensaba que iba a ser pintor. Desde chiquito pintaba y nunca dejé de hacerlo. Al momento de escoger carrera, elegí Arquitectura. Pero mientras estudiaba, seguía pintando. De pronto un amigo me prestó una cámara. Al principio no me gustaba la fotografía. No me latía pensar que era la representación real de la realidad, lo veía como algo aburrido hasta el momento que descubrí que podía manipularla con herramientas digitales, como Photoshop. Entonces, más que como fotógrafo, empecé como editor. Tomaba fotos de stock de otros artistas, las trabajaba y hacía mis composiciones”.
El paso natural de tener que tomar una cámara para crear sus propias obras fue inminente. “Un día me invitaron a participar en un libro en Alemania, pero necesitaba el permiso para reproducir todas las fotos que utilizaba. Así que mejor propuse hacer mi propia serie para el libro”, comenta Pierre.
Pierre Fudarylí, “Dies Irae”
Reflexión sobre la sutil diferencia entre arte y cultura
Experimentar para vivir, el motor de Pierre Fudarylí
Cuando terminó la carrera, Pierre Fudarylí trabajó dos años en el despacho de arquitectura que fundó. “Como llevaba en paralelo mi carrera de artista, empezaron a salir más proyectos por ahí y más cosas que me interesaban. Siempre me interesó hacer arte mas que cualquier otra cosa. Sobre todo, porque no le tienes que rendir cuentas a nadie. Tú haces lo que quieres y si le gusta a alguien, qué bien. Es la expresión más pura. Por ejemplo, en la arquitectura dependes de un presupuesto, de un cliente, de las reglas de construcción de la ciudad, de muchas coas. En el arte no, sólo lo haces. Tienes esa libertad y posibilidad de que tus ideas tengan su propio peso. Nunca he hecho las cosas para venderlas, las hago sin ninguna pretensión de nada”.
Más que vender una obra o encontrar un estilo, incluso más que un resultado final, para Pierre el motor de su arte es la creación en sí misma. El proceso per sé, la experimentación. Hacer las cosas por el simple gusto de hacerlas. “Creo que la experimentación es lo que más me mueve. Porque hay muchos artistas que dan con una fórmula y la replican infinitamente. Yo no quiero que se me clasifique así, yo prefiero explorar por distintos lados. Y eso es lo que se le hace muy difícil de mi obra a muchas galerías. No tengo ese hilo conductor que ellos buscan como producto. A final de cuentas, creo que tiene más valor mi exploración que tratar de darle gusto a alguien o encontrar un estilo. Por eso mi propuesta es tan variada y tiene muchos públicos. De repente creo piezas muy suavecitas, y de pronto les doy con todo el puño. Depende de cómo te trata la misma vida, ahí es donde aprendo a sublimar lo que voy viviendo a través del arte”, relata.
Pierre Fudarylí, “Sculpture 0”
Por eso, su arte no se puede clasificar en un estilo ni encasillar en una sola fórmula. Cada una de sus series es totalmente diferente a la anterior y a la que vendrá. Pierre Fudarylí me revela que cuando un proceso o cierta técnica o exploración deja de ser interesante para él, pasa a lo siguiente. “Antes trataba de clasificarme en un estilo, pero creo que no funciona. Más bien puedo decir que soy un explorador y trato de no cerrarme a las experimentación. Porque uno va adquiriendo conocimiento y si sólo se queda con las cosas que uno sabe hacer, es como congelarte y morir. Preferiría definir mi arte como la exploración misma de la creación. Y muchas de estas exploraciones tienen más que ver con el proceso mismo que con el resultado”.
Fernando Laposse, diseño al ritmo de la naturaleza
Su proceso
Mientras platico con Pierre y admiro su obra, no puedo dejar de imaginar cómo la construye, de dónde nace, cómo le da vida. Lo interrogo al respecto… “Tiene que ver hasta cómo me levanté. Hay días que te levantas rosa y días que te levantas negro. Desde ahí empieza. Cuando tengo una idea, pienso cómo desarrollarla, porque ya tengo la imagen en mi mente y sólo es construirla. Pero cuando no existe esta idea, normalmente lo que hago es producir stock. Tomo fotos de muchas poses y objetos, con iluminaciones distintas, y luego entierro esas carpetas mucho tiempo sin tocarlas. Tiempo después las retomo, y ya les veo otro valor que no vi en ese momento. Empiezo a tener otras ideas, y así voy juntando muchísimas fotos para intercalar dentro de mis composiciones”.
Pierre Fudarylí, “Pandora’s Oracle”
Porque, en efecto, la propuesta artística de Pierre Fudarylí -en su mayoría más no siempre-, se compone mediante collage digital donde incorpora varias imágenes para crear una gran pieza fotográfica que retrata una realidad sumamente real, pero imposible.
“Mucho de lo que hago es collage digital, incorporado de tal manera que no veas que es un collage para que se vea real. Porque al final mi tirada es que se vean escenas reales; que la luz corresponda, que las sombras correspondan, todo. Mi intención es generar algo tan real que se vea súper real, pero a final de cuentas sabes que no lo es. Así entras en una especie de conflicto como espectador. Ese conflicto en las personas es parte de mi proceso también. Quiero generar un cambio en las personas que ven mi obra, una reacción, que los lleve a algún lugar, que se acuerden de algo”, comparte.
Esta técnica le da a Pierre Fudarylí la posibilidad de hacer lo que quiera, literal. “Utilizo el cuerpo humano como materia prima, como si fuera plastilina. Al unirlo, coserlo, cortarlo, para mí es como si estuviera interviniendo una escultura. Como si tomara algo hecho, lo deshiciera y lo reconfigurara”. Me llama la atención que las obras del artista tienen una sola fuente de luz, algo muy barroco. Cada uno de los cuerpos y objetos que aparecen en ese collage digital, son iluminados por esa única y misma fuente lumínica.
Pierre Fudarylí, “La espuma de Venus”
En otras ocasiones, el artista toma fotos con tiros directos. Como las composiciones con pintura líquida que transforman rostros y cuerpos en esculturas multicolor. “También hago imágenes que ni siquiera tienen nada de Photoshop, porque a veces prefiero explorar otros caminos. De hecho, quiero empezar a crear con VR, Realidad Aumentada y otras herramientas. Es parte de mi proceso en la exploración”.
Como sea, es notable que si existe una constante o un “sello” en la obra de Pierre, sería la figura humana; siempre presente. Me comparte la razón tras esta decisión: “Utilizo a los humanos en mi obra, porque es una manera muy directa de, con algo que tú ya conoces, entrar a la pieza. Normalmente les quito las caras, porque no se trata de una persona, sino de una idea que genera una proyección del espectador en la obra. Eso es parte del proceso, jugar con la gente”.
Pierre Fudarylí, “Melted Dreams”
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No Es Una Galería
Además de ser un artista nato y explorador apasionado, Pierre Fudarylí es un promotor de arte innovador. Junto con su socio y pintor, Ricardo Santos, fundó No Es Una Galería: un proyecto cooperativo, donde todo mundo aporta y se vuelve una sociedad que va avanzando junta. “El sentido surge del empoderamiento del artista, de decir ‘nosotros podemos montar y curar nuestras propias exposiciones’. Es un proyecto para deshacernos de las trabas que nos ponen las galerías e impulsarnos a nosotros mismos y a otros artistas en una convocatoria muy interesante. Es, digamos, una galería que surge como un nodo donde todos cabemos”, explica.
A tres años de crear No Es Una Galería y con alrededor de 29 exposiciones en su haber, incluso algunas efectuadas en Holanda, el proyecto reúne varios artistas en una propuesta de curaduría única, que Pierre lidera con base en la obra, y no a la carrera o la conveniencia del artista. “Se arman exposiciones muy buenas, porque la curaduría está pensada en cómo se presenta la obra en relación a la lectura de todo el conjunto. Nuestro trip es sumamente diferente a lo que se hace en las galerías, porque optamos por poner muchas piezas juntas, en una composición atascada que tiene relación entre sí por su color, tamaño, discurso… y no por temas comerciales o nombres. El comentario de la gente es que está muy bien curado, porque hay tantas cosas que ver, pero no te sientes abrumado. Tiene una muy buena lectura. Es un proyecto de artistas para artistas, estamos tratando de hacer que nos funcione a nosotros”.
Pierre Fudarylí, “Illumination is a Destructive Process”
Proyectos a futuro
Al preguntarle en qué está trabajando ahorita, Pierre Fudarylí revela que en una pieza sobre la muerte, inspirada en la pandemia de coronavirus, más no imbuida solamente en el virus. “Quiero ampliar un poco el espectro, y no sólo enfocarme en el COVID, sino en la muerte como tal”. Y seguirá trabajando en piezas con pintura chorreada, para ver hasta dónde llega ese proceso.
Platicar con Pierre Fudarylí me deja un gran sabor de boca. Coincidimos en que conocer qué hay detrás de la mente y el alma de los artistas siempre enriquece la experiencia al admirar su obra. Y en su caso, al estar frente a piezas tan distintas y variadas entre sí, resulta riquísimo entender a la persona que hay detrás de ella. Descubre más sobre la exploración artística de Pierre en su sitio online, y sigue sus proyectos y exhibiciones de No Es Otra Galería en sus redes sociales.
Obra de portada: Pierre Fudarylí, “Genesis”. Imágenes proporcionadas por el artista.
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